Los ETFs de renta fija son fondos que están conformados por varios instrumentos de deuda y que cotizan en la Bolsa como si fuera una acción. Souza hace una analogía para comparar cómo es operar en este mercado con ETFs y sin ellos: “Es como ir a un centro comercial e ir a todas las tiendas a comparar el precio de una camisa similar, versus cuando compras en una plataforma de e-commerce”.
Los ETFs de renta fija hacen las operaciones más eficientes, además de que dan acceso a los inversionistas retail que no cuentan con la capacidad que tiene un gran fondo de pensiones, por ejemplo, para tener un equipo que está realizando las operaciones por teléfono. También ofrecen liquidez (pues son valores que se compran y venden como acciones) y transparencia al conocerse en tiempo real sus precios y exposición. De acuerdo con el paper de BlackRock ‘All systems go’, actualmente hay más de 1,400 productos en todo el mundo que permiten invertir en deuda del Tesoro, deuda de crédito grado de inversión, deuda de high yield y deuda emergente, entre otras muchas opciones más.
Estas características han permitido que los activos de inversionistas globales en estos ETFs hayan crecido 23% anual, poco más del doble que el crecimiento de los fondos mutuos de bonos abiertos (9.5%) y el triple que el del propio mercado global de bonos (7.3%).
“La llegada de los ETF de bonos está revolucionando la forma en que las personas invierten en renta fija. Hace 20 años, hubiera sido difícil, si no imposible, siquiera imaginar comprar o vender instantáneamente miles de bonos en una sola operación a un precio transparente”, señala BlackRock en su estudio.