Al cierre de 2021, el 27% de la deuda a largo plazo fue emitida a través de estos bonos, de los cuales, la mayoría (48%) son sustentables.
Los bonos temáticos se lanzaron en 2016, pero en ese año solo representaron 2% del total de deuda, pero fue hasta 2020 que aumentó la demanda de parte de las emisoras. “La pandemia yo creo que cambió nuestra mentalidad, tanto del lado de las empresas como del lado de los inversionistas, preocupándonos por el medio ambiente, por la sociedad y empezando a demandar este tipo de productos”, comentó Bosch.
El más reciente de estos instrumentos, que se lanzó en 2021, es el bono vinculado a la sostenibilidad, la diferencia de este versus los verdes, sociales o sustentables, es que el dinero recaudado no está etiquetado para un proyecto en específico, sino que se puede usar para cualquier fin, pero su tasa está vinculada a algún objetivo específico de la empresa, por ejemplo reducción de uso de agua en 5 años.
“Hay algunas cosas que llegaron para quedarse y creo que los bonos temáticos son sin duda uno de ellos”, aseguró Bosch, quien detalló que hay 16 emisores distintos de estos instrumentos.
Para los siguientes dos o tres meses se verán 70,000 mdp en emisiones de bonos a largo plazo, de los que 35% van a ser bonos temáticos.