Si bien los bonos de todos los países latinoamericanos registraron pérdidas en los tres meses hasta junio, las naciones con peor desempeño fueron las naciones con problemas de liquidez. Los instrumentos de Argentina en el índice de referencia del dólar cayeron alrededor de 29% debido a que los acreedores se mostraron reacios a renovar la deuda interna, presionando al Gobierno a imprimir más dinero y poniendo en peligro un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
El Salvador tuvo el segundo peor desempeño y sus instrumentos cayeron 22% en medio de una venta masiva del bitcóin, que fue aprobado como moneda de curso legal en el país el año pasado y ha sido una gran apuesta del presidente Nayib Bukele. El líder ha gastado cerca de 105 millones de dólares en la compra de la criptomoneda y ha perdido más de la mitad de ese valor, según cálculos de Bloomberg. Si bien eso puede no parecer mucho, todo cuenta para un país que enfrenta dificultades para obtener nueva financiación a través de un bono vinculado al bitcoin.
En Ecuador, los bonos que se reestructuraron hace menos de dos años cayeron alrededor de 18% debido a que las violentas protestas encabezadas por grupos indígenas por el aumento de los precios del combustible y los alimentos paralizaron amplias zonas del país. Las manifestaciones han interrumpido la producción de petróleo y se han convertido en la mayor crisis política para el presidente Guillermo Lasso, quien recientemente enfrentó la amenaza de ser destituido de su cargo después de poco más de un año de ganar las elecciones.
Colombia también registró un desempeño inferior en medio del desplome de sus bonos soberanos a mínimos históricos después de que el izquierdista Gustavo Petro ganara las elecciones presidenciales sobre una plataforma que busca alejar al país de su dependencia de las materias primas y gravar a los ricos. La deuda de la nación perdió 13% durante el trimestre.
Incluso Brasil, que ha superado a la región con una pérdida de sólo el 8.5%, puede estar enfrentándose a problemas a medida que el gobierno intenta aumentar el gasto público antes de las elecciones de octubre, lo que reactivó las preocupaciones fiscales.
“La deuda en moneda fuerte de América Latina se vio afectada por las crecientes preocupaciones políticas”, dijo Jens Nystedt, administrador de dinero sénior en Emso Asset Management. “Con vistas en el segundo semestre, esperaríamos que algunas de esas preocupaciones políticas se alivien, con la excepción de Brasil, donde todavía tienen que celebrar elecciones”.