No se trata solo de la valuación de las empresas, sino del mercado en general. En junio, durante el Foro 11 de emisoras del Grupo BMV, su director general, José-Oriol Bosch, sostuvo que a pesar de que el principal índice del mercado, el S&P/BMV IPC, anotó un máximo histórico de 56,609.54 puntos en abril, su valuación estaba por debajo de lo registrado en 2013 –en dólares, considerando la depreciación que ha sufrido la moneda–. “Eso, definitivamente, ha sido un freno para que tengamos nuevas colocaciones”, señaló.
Uno de los problemas es la base de inversionistas. En dos años, el volumen de cuentas en casas de bolsa se multiplicó 10.3 veces a 3.1 millones; pero el valor aún es pequeño pues 99% de las cuentas son de menos de 15 millones de pesos. “Tres millones no es nada, si lo vemos con mercados desarrollados, como en Estados Unidos, donde más de 60% de la población adulta invierte directamente en bolsa; en México, solo es 3%-4% de la población, no es nada”, señaló Oriol.
Hay mucho por hacer, y deben hacerlo todos los participantes del mercado. Ariza señala que se deben reducir los costos para las empresas interesadas en listarse, ampliar las opciones de participación de inversionistas institucionales, incluir a nuevos tipos de inversionistas, incorporar un beneficio fiscal y mejorar las áreas de oportunidad que hay en materia regulatoria para hacer más accesible el mercado a pequeñas y medianas empresas. Jesús de la Fuente Rodríguez, presidente de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), coincide:
“Necesitamos ser más flexibles en algunos aspectos del marco regulatorio, más flexibles, y no nos tardemos tanto en dar autorizaciones para la colocación de valores”. Para agosto, las autoridades alistan un “paquete de cambios” legislativos que contribuirían a destrabar pendientes, según Alfredo Navarrete, titular de la Unidad de Banca, Valores y Ahorro de la Secretaría de Hacienda. La meta es que esta agenda se discuta en el Congreso a partir de septiembre.