Lejos ha quedado la promesa que los directivos de ambas Bolsas de valores en el país han pregonado. El mercado mexicano no crece ni se hace más fuerte. De hecho, las empresas que cotizan se están saliendo. El anuncio más reciente fue el de Bachoco.
El éxodo del mercado bursátil
Los problemas dentro del mercado son muchos y las Bolsas no son las únicas responsables por solventarlos. Lo cierto es que a medida que pasa el tiempo y estos problemas no se solucionan, la Bolsa cae en un círculo vicioso: no hay más capital que despierte el interés de las empresas por cotizar, y si no hay más compañías públicas el mercado continúa siendo pequeño y concentrado, y no atrae a más capital.
En los últimos 25 años, se han deslistado 52 empresas, alrededor de 2 por año.
Cada una de las empresas tiene sus razones para salirse, a veces se trata de un tema de fusiones y adquisiciones, otras de quiebra, y otras más porque consideran que el mercado las tiene en una baja valuación, este es el caso de Bachoco y Lala, que el año pasado anunció que dejaría de cotizar, aunque aún no se concreta la operación.
Algunas compañías se caracterizan por tener una bursatilidad baja y pierden mucho atractivo para el inversionista “a ti no te interesa tener una compañía que no la puedes estar operando en el mercado”, dice Carlos Ponce, socio fundador de SNX, firma de análisis, promoción e inversión bursátil.
Esta falta de bursatilidad sucede porque tienen pocas acciones que están en circulación, lo que impide que los inversionistas puedan comprarlas y venderlas con facilidad. La mayoría de las veces esto sucede, porque las empresas no dejan de ser del todo familiares y concentran las acciones en unas cuantas personas que no las sueltan. “Dado el bajo volumen negociado, los grandes inversionistas institucionales enfrentan dificultades para crear y liquidar posiciones. En última instancia, esto reduce la liquidez y confina a los emisores más pequeños a una participación marginal en el mercado”, comentan analistas de UBS.
Estar en Bolsa tiene muchas ventajas para las empresas, es una fuente de financiamiento, muchas veces más barata que otros canales como el bancario, abre la puerta a más oportunidades para captar dinero, tanto en capitales como en deuda, y se tiene un mayor reconocimiento.
La última empresa que ha anunciado su intención de salir, y que con ello podría terminar con dos años de sequía en el mercado, es Globcash que busca realizar su oferta pública inicial en BIVA. De concretarse sería la primera de tamaño mediano, uno de los estandartes que BIVA ha buscado desde que comenzó operaciones en 2018.
“No se trata de tener solo de tener más empresas, sino tener empresas que operen y no solo que tengan una clave de pizarra y que nadie las pueda comprar y vender”, señala Ponce.