Esto elevó la valoración de Porsche AG a 77,400 millones de euros, cerca de la capitalización bursátil de Volkswagen en su conjunto, que vale unos 80,100 millones de euros, y por delante de rivales como Ferrari. Es la mayor salida a bolsa de Alemania desde Deutsche Telekom en 1996.
En una entrevista con Reuters, Oliver Blume, dejó de lado las preocupaciones sobre su doble papel como presidente ejecutivo de Porsche AG y Volkswagen, diciendo que la decisión se tomó "de forma muy consciente".
El buen debut de Porsche AG se produjo pese a la debilidad generalizada de los mercados bursátiles tras conocerse los datos de la inflación alemana, que están al rojo vivo. Las acciones de Volkswagen y del holding Porsche, que posee una minoría de bloqueo en Porsche AG, bajaban un 4.6% y un 8% respectivamente, ya que los inversores se decantaban por unas u otras.
"Este no es precisamente un entorno de ensueño para una OPI hoy en día", dijo Thomas Altmann, gestor de patrimonio de QC Partners.
La salida a bolsa de Porsche se produce en un momento en que las cotizaciones europeas se enfrentan a su peor año desde 2009, con los inversores preocupados por una posible recesión mundial en un contexto de inflación creciente, subida de las tasas de interés y guerra en Ucrania.
Porsche es un rompehielos puntual para el mercado de las OPI, que volverá a congelarse muy pronto, dijo un banquero que participó en la transacción.