Sus acreedores presentaron el año pasado en Hong Kong una petición contra Evergrande para iniciar el proceso de su liquidación, pero el caso se atrasó porque las partes intentaron negociar un acuerdo extrajudicial.
La jueza Linda Chan dijo en octubre que Evergrande recibiría "un último aplazamiento" hasta el 4 de diciembre para elaborar un plan de reestructuración, caso contrario nombraría a liquidadores independientes de la firma contable KPMG.
La empresa ofreció en marzo a sus acreedores la opción de canjear la deuda por notas nuevas emitidas por la compañía y títulos de dos subsidiarias, Evergrande Property Services Group y Evergrande New Energy Vehicle Group.
Pero las negociaciones se frenaron en septiembre cuando el presidente de la empresa, Xu Jiayin, fue sometido a "medidas obligatorias" de las autoridades chinas por sospechas de "crímenes".
Ese mismo mes, la empresa dijo que no podía emitir deuda nueva porque su subsidiaria en China, Hengda Real Estate Group, estaba siendo investigada.
En la audiencia de octubre, los abogados de Evergrande indicaron que la reestructuración se centraría en "monetizar" las dos subsidiarias registradas en Hong Kong.
Evergrande calcula que sus deudas alcanzaban 328000 millones de dólares hasta fines de junio.
El sector de construcción y propiedad en China representaba un cuarto de su PIB y prosperó durante décadas con una demanda creciente.
Pero la deuda acumulada por las mayores empresas fue considerado por las autoridades como un riesgo inaceptable para el sistema financiero chino y la economía en general.
Desde 2020, el gobierno ha restringido el acceso de las inmobiliarias al crédito, lo que generó una ola de moras.
Hong Kong tiene un sistema de ley común distinto del de China continental que preferido por algunos acreedores internacionales para buscar la liquidación de inmobiliarias chinas en quiebra.
Pero no está claro si la orden de liquidación emitida por una corte de Hong Kong puede o debe ser adoptada por China continental.