Evergrande, con sede en Foshan, en el sur del país, era el mayor promotor inmobiliario de China, con cerca de 70,000 empleados a tiempo completo a finales de 2022.
Sin embargo, la astronómica deuda que acumuló la convirtió en emblema de la crisis inmobiliaria que azota desde hace años a la segunda economía del mundo.
Según el documento enviado a la bolsa, Evergrande "recibió una notificación previa de la CSRC sobre sanciones administrativas y prohibiciones de acceso al mercado por (...) comportamientos ilegales e ilícitos".
A la propia empresa se le "ordenará hacer correcciones y recibirá una advertencia además de una multa de 4,175 millones de yuanes (580 millones de dólares)".
La sentencia concluirá que Xu "tomó decisiones y organizó la implementación de fraude financiero, utilizando métodos particularmente escandalosos y en circunstancias particularmente graves", según el documento.
También "recibirá una advertencia y una multa de 47 millones de yuanes".
En enero, un tribunal de Hong Kong ordenó la liquidación de Evergrande, aunque la empresa afirmó que sus operaciones en China continental no se verían afectadas por la decisión.