Esto significa que la mayor parte del valor del S&P 500 hoy no se basa en ganancias actuales ni en utilidades previstas para el corto plazo, sino en supuestos optimistas sobre lo que las empresas ganarán dentro de muchos años.
Al mismo tiempo, las grandes plataformas tecnológicas que operan gigantescas infraestructuras en la nube —los llamados hyperscalers como Amazon, Google o Microsoft— están duplicando su inversión en infraestructura (capex, es decir, gasto en centros de datos, servidores, chips y energía) cada año para no quedarse atrás en la carrera de la IA.
“Las empresas de ese tamaño no pueden o no quieren quedarse atrás. En el momento en que se rezagan, pierden market share, y recuperarlo es complicado. Entonces prefieren sobreinvertir a subinvertir, aunque estén desplegando capex muchísimo más rápido de lo que deberían”, explicó Luis Gonzali, VP de Franklin Templeton México.
Sin embargo, varias encuestas ya muestran señales de sobreinversión, con empresas construyendo más capacidad de la que realmente necesitan por ahora.
El riesgo central, resume Luis Gonzali, es que bastaría un detonante para enfriar los mercados. Al revisar las 28 correcciones de mercado verificadas desde 1964 hasta la fecha, se identifican tres factores que pueden desencadenar la ruptura de una burbuja financiera:
1. Un repunte de la inflación que retrase los recortes de tasas,
2. Un tropiezo del mercado laboral que genere un growth scare, o
3. Un shock externo —regulatorio, geopolítico o crediticio— que obligue a los inversionistas a tomar utilidades en las megatecnológicas.
Desde 1964 ha habido 28 correcciones. La mitad de ellas se debe a tasas más altas… ese es el factor con mayor probabilidad (...) Si la Fed baja las tasas demasiado rápido y el mercado no se la cree, las tasas de largo plazo van a subir. Y ahí tienes el 50% de probabilidad de una corrección
Luis Gonzali, VP de Franklin Templeton México.
¿Un déjà vu de 1999?
A este diagnóstico se suma un fenómeno que preocupa cada vez más al mercado, la concentración histórica en el Mag 7, las siete empresas de megacapitalización como NVIDIA, Google, Microsoft, entre otras.
Un análisis de Tower Wealth Management señala que las sobreponderaciones actuales son tan extremas como las de 1999, con un S&P 500 cotizando entre 28 y 30 veces utilidades y un pequeño grupo de emisoras explicando la mayor parte de las ganancias.
El “Anti-Mag 7 ETF”, un fondo cotizado que excluye a las siete grandes tecnológicas, ha tenido una entrada de flujos inesperadamente fuerte y un desempeño sólido. Su popularidad funciona como un barómetro del nerviosismo, ya que muchos inversionistas empiezan a desconectarse del trade de IA y a buscar refugio fuera del núcleo tecnológico sobreponderado.
Cuando tan pocas compañías explican tanto del rendimiento, cualquier ajuste tiende a propagarse de manera inmediata, como ocurrió en 2000, señalan especialistas.