Kathryn Sargent, la primera mujer en ser sastre maestra en Savile Row, comentó que informaría a los clientes sobre los aranceles y evaluaría su reacción durante las reuniones en Chicago, Nueva York y Washington.
Un arancel del 25% podría añadir aproximadamente 1,625 dólares al costo de los trajes de dos piezas más baratos de Sargent y “podría hacer que la gente lo piense dos veces antes de realizar una compra”, dijo.
Otras marcas británicas de alta gama que se unirán al viaje incluyen Harrods y Lock & Co., la sombrerería más antigua del mundo.
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Reino Unido, en desventaja
Como el único país que enfrenta aranceles a las exportaciones de moda y textiles, Gran Bretaña se vería en una “desventaja masiva” ante sus competidores europeos, mencionó en un comunicado Adam Mansell, presidente ejecutivo de la UK Fashion and Textiles Association.
Los aranceles afectarían exportaciones por un valor de 35 millones de libras (45 millones de dólares), que abarcan jumpers de lana, trajes, pijamas, trajes de baño y ropa de cama, explicó Mansell.
El mayor fabricante británico de prendas de punto de cachemir, Johnstons of Elgin, detalló que Estados Unidos es un importante mercado de exportación para sus prendas tejidas. La compañía, que fabrica para marcas como Burberry y Hermes , participa en la misión comercial.