Pero ese arraigo emocional no basta para competir en una categoría tan dinámica. Worldpanel by Numerator identificó que el consumo de cerveza fuera del hogar creció 3.1% en diciembre y sumó más de un millón de unidades adicionales en reuniones pequeñas donde prevalece el antojo y la convivencia.
Fuera de casa aumentan las compras por ocasión, sobre todo de presentaciones personales y six packs que funcionan como acompañamiento en reuniones espontáneas.
Dentro del hogar, en cambio, el shopper se mueve con más cálculo y prioriza elecciones que justifican su precio, lo que hace que cualquier marca estacional cargue con la responsabilidad de cumplir un rol significativo en la mesa.
El año pasado, el promedio nacional de 16 cervezas por compra en el cuarto trimestre se aceleró en regiones clave —Noroeste, Área Metropolitana de la Ciudad de México y Centro— con un aumento de tres cervezas adicionales por ticket. Es una señal de cómo se reconfiguran las prioridades cuando entra en juego la celebración.
Ese incremento no ocurre en cualquier segmento. Diciembre se ha convertido en el mes donde las categorías premium, artesanales y las ediciones limitadas concentran una parte desproporcionada del gasto. Modelo, por ejemplo, apostó por Modelo Chocolate, una cerveza de temporada.
Otras marcas introducen ediciones invernales o sabores especiados que responden a un patrón global donde las cervezas más oscuras y las bebidas indulgentes ganan terreno durante el cierre del año.
La estrategia de Bohemia
En ese contexto, Bohemia entiende el matiz. La estrategia de marketing de esta temporada parte de querer convertir la anticipación en presencia, la presencia en penetración y la penetración en cercanía con el consumidor.
Más que destinar la mayor parte del presupuesto al producto, López refiere que están concentrando esfuerzos en el punto de venta y en las activaciones que construyen el momento, como son las islas temáticas, la ambientación invernal y una campaña de promoción que invita a traer lo mejor a la mesa.
“El mensaje nace de un insight del propio consumidor”, afirma la CMO. Y es que diciembre es la época donde las personas elevan el estándar de lo que llevan a la mesa, desde platillos especiales hasta bebidas que acompañan rituales familiares.
Nochebuena, dice, se inserta en ese espacio emocional. No es una cerveza para refrescarse, es una cerveza para degustar en un instante que se quiere guardar. “No es una cerveza para la sed, es una cerveza para disfrutar el momento”, explica López.
Este año la marca también añadió un gesto simbólico para apropiarse del inicio de la temporada. Un mural vivo en la calle Ámsterdam, en la Alcaldía Condesa, cubierto con flores naturales de nochebuena que florecen, con ayuda de Fake OOH.
La intención fue reforzar la asociación entre el producto y ese banderazo emocional que señala que las fiestas decembrinas ya empezaron. “Queríamos adueñarnos de ese instante en el que todos sentimos que la temporada ya llegó”, dice la ejecutiva.
En negocio, la marca registra crecimientos sostenidos y una aceleración de 24% frente al año anterior.
Aunque el estudio Consumer Insights Worldpanel Q3 2025 muestra que la frecuencia de compra de bebidas cayó a nueve ocasiones promedio entre julio y septiembre; la cerveza lidera la recuperación del sector.
En esta categoría donde aparecen propuestas estacionales cada año, Nochebuena no compite solo en el anaquel, compite en la memoria afectiva del consumidor.