Donald Trump está haciendo exactamente lo que dijo que haría

En su progresión de chiste a candidato presidencial, de favorito a nominado , y de candidato presidencial aparentemente destinado al fracaso a presidente electo, Donald Trump ha, por toda su idiosincrasia, ofrecido un paquete de promesas considerablemente consistente.

Ahora, a menos de una semana del inicio de su mandato , está comenzando a cumplirlas.

La maquinaria del gobierno federal no ha cumplido con sus ambiciones más extremas, como muchos de los observadores más conocedores predijeron, y el peso del oficio no ha hecho más modesto ni ha incrementado en él alguna reserva de reflexión interna.

En cambio, como vimos durante las primarias cuando los republicanos derrotados caían detrás de Trump para ser burlados o ignorados, el poder simplemente lo hace más envalentonado.

El viernes, Trump firmó una orden ejecutiva que indica a las agencias federales a minar Obamacare .

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Tras un fin de semana atacando a los medios y enlistando a su nuevo secretario a hacer lo propio, por reportar acertadamente el número de asistentes a su inauguración, Trump empezó el lunes reinstaurando una prohibición federal a la ayuda a las organizaciones extranjeras que incluyen el aborto o planeación familiar entre sus misiones.

El Acuerdo Transpacífico (TPP,por sus siglas en inglés) está muerto. El Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) está contra las cuerdas. Ha habido medidas enérgicas contra las cuentas de redes sociales gubernamentales que discuten o aluden a ciencia ambientalista. Trump revivió el martes el proyecto de oleoducto Keystone XL y ordenó que la revisión del Proyecto Dakota Access fuese expedita y aprobada.

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El muro es el siguiente paso. El miércoles llega con una petición de fondos federales para financiar su construcción, si bien no hay explicación sobre cómo hará que México pague la cuenta.

Trump dijo a ABC News el miércoles que espera iniciar su construcción rápidamente, si bien lograr que México pague por él podría volverse “complicado”.

nullLas acciones subsecuentes buscarán incrementar las deportaciones y apretar a las ciudades santuario al eliminar subsidios de los fondos federales. En sus comentarios realizados en el Departamento de Seguridad Nacional, Trump menoscabó cualquier noción sobre que su administración carece de la astucia para implementar efectivamente su agenda, con o sin el consentimiento del Congreso.

“La gente se sorprende por escuchar que no necesitamos leyes nuevas”, dijo. “Trabajaremos dentro del sistema y marco existentes”.

El empuje se espera que continúe durante la semana. Si bien no será titulado formalmente una prohibición a los musulmanes, el impulso por retrasar o impedir la entrada a Estados Unidos a personas de países con mayoría musulmana, “naciones susceptibles sal terrorismo”, como se les llama ahora, es la conclusión lógica a una política introducida en diciembre de 2015 por Trump, incluso antes de que fuera emitido el primer voto en las primarias.

Y esta semana, se espera que Trump ordene el cese del programa de refugiados de Estados Unidos, cerrando al menos temporalmente las puertas a los sirios que escapan de la guerra civil y las catástrofes humanitarias.

Trump también se está enfocando en lo que ha llamado una “masacre” en casa. El lenguaje alarmista resulta familiar desde su campaña, cuando retrataba regularmente a las ciudades estadounidenses como zonas de guerra ensangrentadas. A finales del martes, Trump había amenazado una intervención en Chicago tuiteando que “mandaría a los federales” de no disminuir la violencia.

Horas más tarde, prometió una “mayor investigación” sobre la conspiración de fraude electoral que ha avanzado como explicación a su derrota en el voto popular, a pesar de que no existe evidencia alguna de que eso haya ocurrido.

Y si eso suena estrafalario, o como algo que en verdad nunca sucederá, no debería. Trump prometió romper con la estructura de poder de Washington y demostró ser capaz de desafiar todas las normas, sociales y políticas. Sus primeras acciones han causado que los republicanos se opongan a los acuerdos comerciales que impulsaron y que los demócratas luchen por permanecer a flote.

Debe señalarse que Trump es nuevo en el poder y su partido controla el Capitolio. Esta semana require de una firma y nada más. No es claro qué tan efectivo será una vez que necesite 60 votos del Senado para pasar una ley de gastos.

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Recuerden: una de las primeras acciones ejecutivas firmadas por el presidente Obama durante su mandato tenía como fin el cierre de la prisión en la Bahía de Guantánamo y cerrar todas las instalaciones de detención secretas.

Un congreso hostil mantuvo abierto Guantánamo a pesar de que Obama redujo su población. Trump está dispuesto a construirla de nuevo y, según reportes de The New York Times y Washington Post, el equipo de Trump está planeando revivir las cárceles clandestinas.

CNN no ha confirmado esos reportes y el secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, dijo que los planes no provenían de la Casa Blanca. Pero ellos cumplirán otra de las promesas que Trump realizó repetidamente en campaña: regresar a las técnicas de tortura como el “submarino” y “mucho peores”.

Y, ¿por qué dudaríamos de él?