¿Iniciar de nuevo? Las líneas rojas permanecen entre Rusia y Estados Unidos
SOCHI (CNN)- Es obvio que Mike Pompeo buscaba empezar de nuevo con Rusia cuando llegó a la ciudad turística de Sochi , en el sur del país. Sin embargo, en las pláticas en las que se tocaron casi todos los puntos delicados de la relación entre Rusia y Estados Unidos, las diferencias geopolíticas entre ambos gobiernos siguieron siendo muy profundas.
El secretario de Estado de Estados Unidos se reunió con las autoridades rusas el martes, 14 de mayo, en un sanatorio llamado Rus, una opulenta mansión de mármol con fuentes y palmeras, a unos diez minutos de la casa de verano del presidente de Rusia, Vladimir Putin.
"Estoy aquí hoy porque el presidente Trump está comprometido a mejorar esta relación", dijo su ministro del Exterior, Serguéi Lavrov, antes de una reunión a puertas cerradas en Sochi.
Esta apertura amistosa parece indicar que tras meses de tensiones, las relaciones empiezan a descongelarse. En una conferencia de prensa, después de las pláticas, Lavrov incluso insinuó que las relaciones estaban mejorando y se mostró aliviado de que hubiera concluido el informe de Mueller sobre la interferencia de Rusia en las elecciones de Estados Unidos.
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"Llegamos al acuerdo de restaurar nuestros canales de comunicación; estaban congelados, principalmente por la oleada de acusaciones infundadas contra nosotros en relación con los intentos de influir en el resultado de las elecciones estadounidenses y la presencia de colusión de altos funcionarios de la administración estadounidense", señaló.
Pese a que Pompeo dijo que había tocado el tema de la "interferencia [de Rusia] en nuestros asuntos internos" en su reunión con Lavrov, su homólogo ruso ignoró fríamente el tema y dijo que era "absolutamente falso".
En otros temas de gran importancia, Estados Unidos y Rusia siguen contrapuestos. Pompeo dijo que el gobierno de Trump ha hablado con Rusia y ha "dejado en claro" que Washington quiere que Rusia deje de apoyar al régimen del atribulado presidente de Venezuela, Nicolás Maduro . A cambio, Lavrov le dio a la prensa reunida en Sochi una breve cátedra sobre los intentos de Estados Unidos por cambiar regímenes alrededor del mundo.
Los dos diplomáticos tampoco se pusieron de acuerdo respecto a la crisis en Ucrania. Pompeo dijo que le pidió a Rusia que liberara a los marineros ucranianos a los que detuvieron en Rusia en noviembre de 2018 y que se pusiera en contacto con el nuevo presidente de Ucrania para romper el "estancamiento" por el conflicto entre Rusia y Ucrania. También reafirmó que el gobierno de Trump no reconoce la anexión de la península de Crimea que Rusia llevó a cabo en 2014, aunque el gobierno ruso insiste en que es un tema que ya no está abierto a discusión.
Pompeo llegó a Sochi tras hacer una escala inesperada en Bruselas, en donde intentó persuadir a los líderes europeos de apoyar a Washington en su enfrentamiento con Irán. Este fue su segundo cambio de planes relativo a Irán en una semana. Tras la reunión, dijo que él y Lavrov "hablaron un poco" sobre la situación en Medio Oriente, particularmente Irán.
"Dejé en claro que Estados Unidos seguirá presionando al régimen en Teherán hasta que la dirigencia esté lista para regresar a las filas de los países responsables que no amenazan a sus vecinos y que no difunden la inestabilidad ni el terror", dijo; agregó que "fundamentalmente, no queremos una guerra con Irán".
El tono del discurso entre Estados Unidos y Rusia ha cambiado perceptiblemente a lo largo del mes pasado. Durante el golpe fallido en Venezuela del 30 de abril, Pompeo y Lavrov tuvieron una conferencia telefónica exasperante; más tarde, el canciller ruso le restó importancia con un comentario sarcástico: "Creo que Pompeo me llamó nada más para decir después públicamente que lo hizo".
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Tan solo una semana más tarde, Lavrov y Pompeo se reunieron aprovechando la cumbre del Consejo Ártico en Finlandia. Parecía que ambos diplomáticos tenían una actitud más positiva al hablar de los resultados, a los que Lavrov llamó "un paso muy significativo" y Pompeo "un deseo de empezar a buscar vías para lograr avances reales".
¿Cuál es la razón de este microdescongelamiento? La mejor explicación podría ser la llamada de 90 minutos que tuvieron hace poco Putin y Trump, la primera en varios meses. Como dijo Lavrov en sus comentarios iniciales del martes, ambos presidentes "reconfirmaron" su intención de "sacar de su actual estado lamentable la relación entre Estados Unidos y Rusia".
Sin embargo, días antes de la reunión en Sochi, tanto Trump como Putin se encargaron de dar una muestra de fuerza. Trump preparó el terreno para el primer viaje diplomático de Pompeo a Rusia diciendo: "Creo que se transmitió el mensaje de que nunca ha habido nadie tan duro con Rusia". Por otro lado, el Kremlin publicó un video del avión presidencial de Putin aterrizando en un centro de pruebas de armas, escoltado por seis aviones de combate.
Antes de los acontecimientos de esta semana, el presidente de Rusia había pasado el fin de semana en Sochi jugando hockey y apartó tiempo para recibir al ministro del Exterior de China, Wang Yi, el lunes, 13 de mayo, pese a que Estados Unidos está en una guerra comercial creciente con China.
La pregunta ahora es cómo avanzarán Trump y Putin con esto. La cumbre del G20 en Japón, en junio, podría ser otra oportunidad para dialogar. Trump dijo que se reuniría con Putin al margen de la cumbre; cuando le preguntaron a Lavrov si existía la posibilidad de que se reunieran, dijo: "Si la oferta se presenta oficialmente, desde luego que responderemos positivamente".
Los contactos diplomáticos de alto nivel entre Estados Unidos y Rusia han creado expectativas en la prensa estatal rusa sobre la posibilidad de un nuevo comienzo.
"Estamos al borde de un cambio radical con Estados Unidos. Prepárense", tuiteó Eugeni Popov, conductor de un importante noticiero ruso, antes de la reunión en Sochi.
Mary Ilyushina reportó desde Sochi y Nathan Hodge reportó desde Moscú.