Sin embargo, tiene un inconveniente: el tiempo de espera. El aumento de solicitudes de refugio, no solo de venezolanos, sino de personas provenientes del Triángulo Norte de Centroamérica, ha hecho aún más complicado el trámite. Por otra parte, no todas las ciudades cuentan con una oficina de Comar. Esto genera cuellos de botella que impiden dar respuesta oportuna.
De acuerdo con la ACNUR, al final de 2018, solo 4,700 venezolanos cuentan con el estatus de refugiado en México, contra los 5,500 solicitantes de asilo de Venezuela en el país norteamericano.
Otra opción muy usada es la reunificación familiar. Así es como Ivette Macías llegó a México.
“Mi esposo desde que llegó, comenzó a gestionar. Fue a Comar, llevó su documentación. Cuando yo llegué con mi hijo, nos incorporaron a la documentación que llevaba mi esposo. Nosotros llegamos el 20 de abril del año pasado y en septiembre del año pasado nos entregaron la residencia permanente”, narró Macía en entrevista.
El esposo de Ivette llegó al país en julio de 2017 gracias a una visa de trabajo, otra opción muy socorrida por los migrantes venezolanos. Los venezolanos trabajan en empresas de varios sectores.
Además, llegan muchos jóvenes universitarios para continuar sus estudios, por lo que su primer documento migratorio es una visa de estudiante. Si hay un empleador interesados en ellos, puede hacer el canje por una visa de trabajo, siempre y cuando la empresa pueda realizar el trámite ante el INM.
Juan Guaidó pide apoyo al gobierno de México