A septiembre de 2019, el Departamento de Salud de Hong Kong había investigado un total de 53 casos relacionados con la importación de muestras de sangre sin permiso procedentes de China. Solo hubo un caso en 2015, pero hubo 17 en 2017 y 18 en 2018. A septiembre de 2019 ha habido 12 casos.
"Lo más probable es que esto sea solo la punta del iceberg", opina Kwok. "Si tomas en cuenta la gran cantidad de laboratorios médicos que ofrece pruebas de detección de sexo en Hong Kong, debe haber docenas de casos de contrabando de sangre todos los días".
Sin embargo, la detección del sexo no es la única aplicación del TPNI. "Hemos demostrado que este método nos ayuda a secuenciar todo el genoma de un feto, lo que significa que puede usarse para detectar prácticamente cualquier trastorno genético", explicó Lo.
La fibrosis quística, la hemofilia, la talasemia y la hiperplasia suprarrenal congénita, que provoca una sobreproducción de hormonas masculinas, son algunas de las enfermedades que pueden predecirse con el TPNI, de acuerdo con Lo, quien agregó que de ahora en adelante, podría usarse esta tecnología para predecir qué mujeres tendrán preeclampsia o un parto prematuro.
Esto abre un panorama de posibilidades increíbles. "Si se descubre la hiperplasia suprarrenal congénita en una etapa temprana del embarazo, la madre puede tomar medicamentos para suprimir la producción de hormonas masculinas, así que sería la primera enfermedad genética que se puede tratar en la etapa prenatal", dijo Lo.
Sin embargo, esto también suscita dilemas morales. "Si descubrimos que un bebé tendrá diabetes cuando cumpla 40 años o desarrollará cáncer más adelante, ¿deberíamos decirle a la madre y asediarla con esta información antes de que su hijo nazca siquiera?", se preguntó Lo.