Unas semanas más tarde, China envió soldados frescos a la guarnición de Hong Kong con el argumento de que era parte de la rotación anual de su personal en el territorio.
Sin embargo, las autoridades estadounidenses dudaron de que la rotación fuera de rutina y señalaron que el movimiento de tropas chinas, incluida la llegada de vehículos tácticos y transportes de personal, pone a las fuerzas chinas en una posición más inmediata para actuar.
"Este es el momento de empezar a preocuparse", dijo un funcionario estadounidense a CNN en ese entonces.
Cualquier intervención del EPL o de la PAP paramilitar podría ser catastrófica para la economía de la ciudad, de acuerdo con los analistas , y podría desencadenar un éxodo.
Sin embargo, Davis explicó que entre más duren las protestas, más débil lucirá el presidente de China, Xi Jinping. Además, Xi estará evaluando el costo político y económico de intervenir en Hong Kong mientras libra una amarga guerra comercial con Estados Unidos y con la desaceleración de la economía.
"Lo que podría estar dirigiendo su razonamiento es que verá [la masacre de Tiananmén de 1989] y verá que la interacción internacional se recuperó rápidamente en términos económicos", dijo Davis.
Aunque la mayoría de la gente en Hong Kong desea ávidamente evitar una represión estilo Tiananmén , algunos de los manifestantes más radicales han dicho otra cosa.
En agosto, algunos manifestantes radicales dijeron que recibirían de buen grado una represión y que "estaban listos para ello" sin importar el costo para la ciudad y, posiblemente, para el movimiento en sí.
A menos que ambas partes den un paso atrás y se llegue a algún acuerdo, es probable que las protestas sigan intensificándose.
"Creo que estamos ahora en la etapa en la que las cosas van a descender hacia una especie de intervención militar o de la Policía Armada Popular. Esa podría ser una situación devastadora para los manifestantes", advirtió Davis.
James Griffiths, Joshua Berlinger, Sandi Sidhu y Steven Jiang, de CNN, contribuyeron con este reportaje.