Los autores reconocen que su comprensión del punto de inflexión climático es limitada y que se necesitan más investigaciones. Sin embargo, dicen que el impacto posible podría ser tan grande e "irreversible" que "pecar de temerarios no es una opción responsable".
En otras palabras, en su opinión es "demasiado arriesgado apostar a que podemos no hacer nada".
Y el tiempo apremia.
Pese a que en el Acuerdo de París de 2015 se implementó el objetivo de limitar el calentamiento de la Tierra a 1.5 °C, un reporte que publicó la ONU este mes indica que los compromisos que los países hicieron para limitar la crisis climática no son suficientes para controlar las temperaturas récord.
El Informe sobre la Brecha de Emisiones 2019 del Programa de la ONU para el Medio Ambiente indica que al ritmo actual, se espera que las temperaturas aumenten 3.2 °C para el 2100.
Los gases de efecto invernadero alcanzaron máximos récord en 2018 y no parece que vayan a bajar, según un informe que emitió recientemente la Organización Meteorológica Mundial . Los niveles de dióxido de carbono alcanzaron las 407.8 partes por millón, unidad que se usa para medir la concentración de un contaminante en el aire.
Sin embargo, aún hay esperanza. Los investigadores dicen que mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero desaceleraría la acumulación de estos efectos climáticos.
Dicen que lo que se necesita es la acción internacional urgente para reducir emisiones, frenar el incremento del nivel del mar y limitar el calentamiento a 1.5 °C.
"La salvación es que, hasta cierto punto, todavía podemos controlar el ritmo al que los daños del punto de inflexión se acumulan y por ende, el riesgo que representan", señalaron.
"La estabilidad y la adaptabilidad de nuestro planeta están en peligro. La acción internacional, no solo las palabras, debe reflejarlo".