Además, de 2014 a 2018, el banco central más grande del mundo, la Reserva Federal de Estados Unidos, estuvo bajo el mando de la economista Janet Yellen.
Las mujeres también están a cargo del análisis económico de varios organismos multilaterales. La greco-estadounidense Pinelopi Koujianou Goldberg es la economista en jefe del Banco Mundial; la francesa Laurence Boone ocupa este puesto en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y la indio-estadounidense Gita Gopinath es la consejera económica y directora del Departamento de Estudios del FMI.
En México, la secretaría de Economía está en las manos de Graciela Márquez. Pero solo una mujer, Irene Espinosa, ocupa una de las cinco sillas de la Junta de Gobierno del Banco de México.
La presencia de mujeres en esta jerarquía aún es minoritaria. El directorio ejecutivo del FMI es un buen ejemplo, pues solo hay tres mujeres entre los 24 directores ejecutivos.
Este esquema no solo se repite en los organismos multilaterales, sino también en los gobiernos nacionales.
A nivel mundial, solo un 18% de los ministros de gobierno y el 24% de los legisladores son mujeres, de acuerdo con el estudio Tiempo para el cuidado: el trabajo de cuidados y la crisis global de la desigualdad publicado por Oxfam a finales de enero de 2020.