De las 256 firmas en México que retoma el estudio, al menos 23 están comandadas por una mujer. El entorno familiar las impulsa a prepararse y aprender las capacidades que les permitan ser líderes, pero los conflictos de interés, sobre todo entre padres y hermanos, les truncan el camino.
“No encontramos con una paradoja: por un lado está la idea de prepararlas e impulsarlas a que entren a la empresa familiar, pero cuando lo hacen se encuentran con obstáculos, principalmente porque por un tema cultural donde la relación del padre con la hija no es la misma del padre con el hijo. Se les impulsa, pero cuando ya están por asumir el cargo se topan con los recelos entre los hermanos o el mismo padre”, comenta Ricardo Aparicio, director del Centro de Investigación para Familias de Empresarios (Cifem-BBVA) del Ipade.
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Asegura que la mayor penetración de mujeres dentro de la dirección general de las empresas familiares y en la sucesión de las mismas requiere de un cambio generacional, por lo que un aumento del indicador tardaría en verse notable hasta en los próximos 20 años. Y pone como ejemplo que cada vez más mujeres se preparan y toman maestrías en administración de negocios (MBA), que precisamente las preparan para llegar a estos puestos.