Pese a todo, los franceses acudían este domingo a las urnas en elecciones municipales, aunque la participación estaba en claro retroceso a media jornada, horas después de una orden de cierre en toda Francia para los locales públicos "no esenciales", como bares, restaurantes y cines.
Antes de entrar en los colegios electorales, los franceses debían desinfectarse las manos, y para evitar transmitir el virus, se invitó a todos los ciudadanos a llevar su propio bolígrafo para votar.
Mientras, las autoridades alemanas decidieron cerrar a partir del lunes las fronteras del país con Francia, Suiza y Austria.
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Confinados
Todo esto se produce mientras la propagación de Covid-19 por el continente parece imparable. España —el segundo país mas afectado de Europa, tras Italia— registró este domingo 288 fallecidos, 100 más que el sábado, y 7,753 infectados, más de 2,000 que en la víspera.
El sábado, el gobierno español decretó el estado de alarma, imponiendo serias restricciones a sus habitantes: sólo podrán salir de casa para comprar alimentos o medicinas, acudir a centros sanitarios, ir al trabajo o asistir a mayores, niños o personas dependientes.
"La parte psicológica es la más complicada de gestionar", admitía este domingo Miriam Burgués, periodista de 41 años confinada en un apartamento en un barrio del este de Madrid, junto a su marido y sus dos niñas, de diez y cinco años. "Hasta ahora, las niñas están tranquilas, pero cuando pasen más días a ver cómo evolucionan. Si uno se agota, imagínate ellas", cuenta.
En Italia, las autoridades de Lombardía, la región más afectada del país por la pandemia, en el norte, expresaron domingo de forma explícita su preocupación ante la falta de capacidad en su sistema de hospitales para hacer frente al flujo de enfermos. "Las cifras siguen creciendo. Pronto llegará el momento en que no tengamos más camas para reanimación", advirtió Attilio Fontana, gobernador de Lombardía, en entrevista a la cadena Sky TG24.
Italia es el país más afectado de Europa, con un total de 1,441 muertos y 21,157 casos, según los últimos datos divulgados este domingo. El gobierno de Roma también ha impuesto un drástico confinamiento a los 60 millones de habitantes del país.
El Vaticano anunció que todas las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa se celebrarán sin fieles en la plaza de San Pedro.
Por su parte, en Francia, donde se han producido 91 muertes y 4,500 casos, los bares, restaurantes y discotecas cerraron a partir de la medianoche del sábado. Además, Francia reducirá progresivamente los viajes de larga distancia en tren, autobús y avión en su territorio en los próximos días para limitar la propagación del coronavirus, anunció el domingo la ministra de Medio Ambiente.
Austria y Suiza han cerrado casi todas sus estaciones de esquí. El canciller austriaco, Sebastian Kurz, pidió este domingo a la población que sólo salga si se trata de una necesidad profesional, para comprar o para ayudar a alguien.
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En Gran Bretaña, el gobierno de Boris Johnson, criticado por su lentitud para reaccionar, se dispone a prohibir las reuniones masivas.