"Vamos a aprobar este proyecto de ley más tarde en el día", dijo el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.
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Se espera que el gigantesco paquete de ayuda incluya 500.000 millones de dólares en fondos para las industrias más afectadas y un monto comparable que entregaría hasta 3.000 dólares en efectivo a millones de familias estadounidenses.
También se destinarán 350,000 millones de dólares en créditos a pequeñas empresas; 250,000 millones de dólares en creación de empleos y unos 150,000 millones de dólares en subsidios para diversas iniciativas de salud pública, incluyendo 100,000 millones de dólares para hospitales y sistemas de atención médica relacionados.
La idea es inundar a la economía estadounidense con efectivo para mitigar el golpe de la pandemia, que ha matado a más de 660 personas en Estados Unidos e infectado a más de 50,000, provocando el cierre de miles de empresas y dejando a millones sin empleo. Muchos estados ordenaron a casi 100 millones de personas -casi un tercio de la población del país- permanecer en sus casas.
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"Este no es un momento de celebración, sino de necesidad", dijo el líder demócrata del Senado, Chuck Schumer.
Se espera que el proyecto de ley se apruebe fácilmente en el Senado, más aún porque el senador Rand Paul, un republicano que fue el único que se mostró en contra de una ronda anterior de financiamiento de emergencia por el virus, podría verse impedido de votar tras dar positivo de la infección.
Si se aprueba, el paquete de rescate sin precedentes, que Schumer llamó el más grande en la historia de Estados Unidos, sería el tercero aprobado por el Congreso este mes para contrarrestar el impacto de la crisis.
Para convertirse en ley, la medida debe ser aprobada por el Senado liderado por los republicanos y por la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas. La presidenta de la Cámara baja, Nancy Pelosi, fue consultada durante las negociaciones sobre el acuerdo bipartidista.
La iniciativa también debe ser promulgada por Trump, quien dijo el martes que quería que los estadounidenses pusieran fin a las restricciones de "distanciamiento social" dispuestas por la pandemia y que vuelvan a trabajar para mediados de abril.