El coronavirus había ahogado en los últimos meses las manifestaciones que se desataron en la región semiautónoma en el segundo semestre del pasado año.
Pero el proyecto de ley que el régimen comunista depositó el viernes en el Parlamento chino para prohibir la "traición, la secesión, la sedición y la subversión" en Hong Kong, ha vuelto a activar al movimiento prodemocracia.
La ley de seguridad en Hong Kong debe aplicarse "sin demora", advirtió este domingo en rueda de prensa el canciller chino Wang Yi.
La protesta se saldó con 180 detenidos, según la Policía, por "reunión ilegal" y por "causar desórdenes" públicos.
Un terremoto político
Esta legislación, que se planea que sea aprobada esta semana, no sólo implicará recortes en las libertades de los hongkoneses, sino que podría provocar un terremoto político de consecuencias imprevisibles, según varios analistas.
La legislación sobre Hong Kong que, según la prensa estatal, todavía se está deliberando, pretende "salvaguardar la seguridad nacional" a raíz de las protestas que estallaron el año pasado, aunque queda por ver cómo se implementa y si su objetivo final es atar en corto a la ciudad semiautónoma.
Esta ley prohibirá "cualquier acto de traición, secesión, sedición y subversión" contra el gobierno central, además del "robo de secretos de Estado y la organización de actividades en Hong Kong por parte de organizaciones políticas extranjeras", términos que el gobierno chino ha utilizado antes para frenar a la disidencia.