"Lo peor es la incertidumbre", dijo a la AFP Gonzalo Fernández, un español de 32 años que estudia un doctorado en economía en la Universidad George Washington. "Estamos aquí sin saber si el próximo semestre tendremos clases presenciales o no, no sabemos si debemos regresar a casa o si terminarán echándonos", agregó.
La mayoría de las escuelas y universidades estadounidenses aún no han anunciado aún sus planes para el semestre que comienza en septiembre.
"Juicios inevitables"
La medida alcanza a quienes estudien con visas F-1 (para "cursos académicos") y M-1 (para "formación profesional").
Unos 1.2 millones de personas tenían esas visas en marzo, una gran mayoría de países asiáticos (China, India, Corea del Sur), pero también de Arabia Saudita y Canadá, según datos oficiales.
Como en el resto del mundo, las universidades estadounidenses, que tienen en promedio un 5.5% de estudiantes internacionales y dependen en gran medida de sus pagos de matrícula, cerraron sus puertas en marzo y se pasaron a la educación online en un intento por frenar el avance de la pandemia.
En ausencia de vacunas, algunas, incluida la Universidad Estatal de California o la prestigiosa Universidad de Harvard, han anunciado que continuarán con los cursos 100% en formato virtual al comienzo del año escolar, incluso para los estudiantes autorizados a residir en sus instalaciones.