1. El asunto de los consulados
Washington exigió el cierre del consulado chino en Houston, Texas entre acusaciones de espionaje, al considerar que Beijing lo estaba usando para coordinar la llegada de estudiantes enviados por el Ejército Popular de Liberación para obtener conocimientos que le permitieran obtener una ventaja militar, y que allí se habían cometido fraudes con visados.
La respuesta de China, que niega las denuncias de Estados Unidos, es la esperada: aunque se había especulado con la posibilidad de que ordenasen el cierre del consulado estadounidense en Wuhan o incluso el de Hong Kong, finalmente será el de Chengdu —capital de la provincia central de Sichuan— el que se vea obligado a poner fin a sus operaciones.
2. Guerra comercial
Las tensiones han ido creciendo en los últimos meses, pero la relación llevaba empeorando desde al menos marzo de 2018, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, decidió imponer aranceles a productos importados de China a considerar que la balanza de los intercambios entre ambos países estaba desequilibrada, dando comienzo a una guerra comercial que todavía sigue activa.
A pesar de que el pasado mes de enero, poco antes de que se descontrolase la pandemia de la COVID-19, se firmó la "primera fase" de un acuerdo para solventar este conflicto, el impacto del coronavirus ha dificultado que China pueda cumplir con los compromisos adquiridos en el mismo, por lo que Trump aseguró recientemente que ya no estaba pensando en una posible "segunda fase".
China vuelve a abrir sus cines al ritmo de COVID-19