La tensión entre China y Estados Unidos, ya alimentada por las disputas comerciales y las acusaciones mutuas sobre el origen de la pandemia de COVID-19, ha aumentado en las últimas semanas con la imposición por parte de Beijing de una ley de seguridad nacional en Hong Kong.
En otro punto de conflicto, Estados Unidos acusa a Beijing de violación de los derechos humanos contra la etnia musulmana uigur en Xinjiang, una vasta región del noroeste de China.
Acentuando la presión, Pompeo pidió el jueves a las "naciones libres" del mundo que se comprometan a triunfar sobre la amenaza de lo que consideró una "nueva tiranía", encarnada, según él, por la China comunista.
Pero la reacción china parece relativamente mesurada: en las redes sociales, nacionalistas chinos pidieron al régimen comunista cerrar el consulado de Estados Unidos en Hong Kong, considerablemente más grande y estratégico que el de Chengdu.
"Por ahora, parece que China ha elegido una respuesta gradual en vez de una reacción [...] que provocaría una respuesta estadounidense", comentó el sinólogo Victor Shih, de la Universidad de California en San Diego.
El presidente Donald Trump consideró como "posible" el cierre de otras representaciones chinas. Además de su embajada en Washington, China cuenta con cinco consulados en Estados Unidos, incluido el de Houston.
Además de la embajada en Beijing, Estados Unidos tiene cinco consulados en China continental (Cantón, Shanghái, Shenyang, Chengdu, Wuhan) y uno en Hong Kong.
El de Chengdu, inaugurado en 1985, cubre el suroeste de China, incluida la región autónoma del Tíbet. Según su página web, posee 200 empleados, de los cuales 150 tienen estatus local.
Con información de AFP, Reuters y EFE