Nada más salir del avión, Biden y su esposa, Jill, se reunieron en privado durante más de una hora en un edificio del aeropuerto de Milwaukee con la familia de Blake y sus abogados.
El contenido de la reunión no se dio a conocer inmediatamente; pero luego, en un encuentro con vecinos en Kenosha, Biden reveló que había podido conversar por teléfono con Blake, quien aún está recuperándose en el hospital de los siete disparos por la espalda que recibió el 23 de agosto.
"Tuve -narró Biden- la oportunidad de hablar con Blake, ya ha salido de la unidad de cuidados intensivos, hablamos durante unos 15 minutos (...) Hablamos sobre cómo nada iba a vencerle, sobre cómo tanto si vuelve a caminar como si no, él no va a darse por vencido".
En la reunión con la comunidad, Biden utilizó un tono sobrio y pausado, luciendo una mascarilla, en contraste con los a menudo apasionados discursos del presidente republicano.
También conversó con Blake, paralizado de la cintura para abajo, sobre la fe en Dios y citó específicamente parte de una oración: "Él te levantará sobre las alas de un águila, te sostendrá en el aliento del amanecer, te hará lucir con el sol y te sostendrá en la palma de su mano".
A la reunión con Biden acudieron el padre de Blake, Jacob; dos hermanas, Letetra y Zietha; su hermano, Myron, y su madre, Julia, que se conectó por teléfono, así como los abogados de la familia.
La madre de Blake se encargó de guiar al grupo para que rezaran juntos, indicó por su parte el abogado de la familia, Ben Crump.