La OMS rechazó los comentarios de Trump.
"Ningún gobierno nos controla", dijo la directora de comunicaciones de la ONU, Gabby Stern, en un tuit, y agregó: "Desde febrero, nuestros expertos han abordado públicamente la transmisión de personas sin síntomas o antes de los síntomas".
Los líderes de las dos economías más grandes del mundo expusieron una vez más sus visiones disímiles, en un momento en que las relaciones bilaterales se encuentran en su peor nivel en décadas luego de que la pandemia profundizó el quiebre expuesto por las disputas sobre comercio y tecnología.
Trump, que buscará la reelección en noviembre mientras Estados Unidos lidia con el mayor número oficial de muertes e infecciones por coronavirus en el mundo, centró su discurso en los ataques a China.
El cambio climático: la otra disputa
Trump no solo usó al gigante asiático como contraste para ensalzar su propia gestión de la pandemia, sino también para argumentar que su política medioambiental no es tan mala, pese a haber iniciado la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París.
"Quienes atacan el excepcional historial medioambiental de Estados Unidos mientras ignoran la polución rampante de China no están interesados en el medioambiente", afirmó.
Era un mensaje extraño para un presidente que ha definido el calentamiento global como una "farsa", pero tenía una razón de ser: las encuestas muestran que a cada vez más votantes conservadores, especialmente en Florida, les preocupa la crisis climática, y la campaña de Trump ha tratado de suavizar su mensaje en ese sentido.