"Estamos pidiendo que se envíen (las pruebas), para que podamos evaluar la base técnica", dijo el miércoles un portavoz del Partido Liberal a la emisora TV2.
Dinamarca es el mayor exportador mundial de pieles de visón, una actividad que ha hecho la fortuna de más de 1,000 granjas en el pequeño reino nórdico.
Después de que se detectaran los primeros casos de coronavirus en visones, el gobierno lanzó una vasta campaña de sacrificio de visones este verano en los criaderos infectados, que se extendió en octubre debido al brote de la epidemia de COVID-19 en numerosos criaderos.
El lunes, las autoridades ya habían sacrificado más de 1.2 millones de animales.
El gobierno prometió compensaciones a los criadores. El sector emplea a unas 6,000 personas en este país de 5.8 millones de habitantes.
"Es un día negro para todos nosotros y para Dinamarca", afirmó Tage Pedersen, presidente de la Asociación de Criadores de Visones, en un comunicado.
"Por supuesto, no queremos ser la causa de una nueva pandemia (...) pero la decisión del gobierno es un desastre para nuestra industria y para Dinamarca. Se trata de hecho de un cierre y una liquidación permanentes de la industria de las pieles", dijo.
Desde inicios de la pandemia se registraron varios casos sospechosos de transmisión del visón a los seres humanos, en particular en los Países Bajos, donde se ha matado a más de un millón de estos mamíferos. En España también fueron sacrificados visones en julio, pero no hubo una campaña nacional.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), "en algunos casos, los visones infectados por humanos transmitieron el virus a otras personas. Fueron los primeros casos notificados de transmisión del animal al hombre", explicó la institución a la AFP, sin pronunciarse en detalle sobre la mutación en Dinamarca.
Con información de AFP y Reuters