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Los obstáculos que debe sortear la reforma migratoria de Biden para ser real

El presidente estadounidense propone el cambio más grande para la política migratoria de su país desde 1986, pero tendrá que superar la crisis económica y la resistencia de la opinión pública.
mar 26 enero 2021 05:04 AM
Histórico
El Congreso de Estados Unidos no ha discutido un proyecto de ley migratoria desde 2013.

Joe Biden ha propuesto la reforma migratoria más importante de los últimos 35 años. Desde la Ley de Reforma y Control Inmigratorio, promulgada por Ronald Reagan en 1986, nadie había propuesto un cambio tan ambicioso en la política de inmigración de Estados Unidos, con lo que marca una de las diferencias más radicales con su antecesor.

En el primer día de su presidencia, Joe Biden presentó al Congreso una propuesta de reforma migratoria, la Ley de Ciudadanía de Estados Unidos, que buscará modernizar el sistema inmigratorio de Estados Unidos y ofrecer un camino a la ciudadanía a millones de inmigrantes que actualmente viven de manera irregular en el país.

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"Será un privilegio trabajar con el Congreso para pasar una reforma legislativa sobre inmigración y ofrece esa vía, y ofrece una solución permanente a lo que claramente es un sistema roto", dijo Alejandro Mayorkas, nominado para dirigir el Departamento de Seguridad Nacional —que gestiona la política migratoria—, durante su audiencia de confirmación en el Senado.

La legislación permitirá a los inmigrantes indocumentados postular a un estatus migratorio legal, con la posibilidad de obtener la residencia permanente, conocida como green card, después de cinco años, si pasan pruebas de antecedentes criminales y de seguridad nacional, así como del pago de sus impuestos.

Los dreamers —los inmigrantes llegados en la infancia a Estados Unidos—, los titulares de un Estatus de Protección Temporal (TPS) y los trabajadores agrícolas inmigrantes podrán obtener sus green cards de manera inmediata bajo la legislación, si es aprobada por e congreso de Estados Unidos.

El proyecto también incluye fondos adicionales para aumentar la vigilancia y los controles fronterizos y un plan de asistencia para El Salvador, Guatemala y Honduras. De acuerdo con la propuesta, se destinará 4,000 millones de dólares cada año a este programa.

Los especialistas consultados por Expansión coinciden en que la propuesta de Biden es una buena noticia, tanto para Estados Unidos como para México y los países de Centroamérica, pero también en que hay varios obstáculos para que el plan del demócrata se convierta en una realidad.

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Una economía debilitada por la pandemia de COVID-19, una opinión pública polarizada y un sistema inmigratorio lento e ineficiente son algunos de los retos que el gobierno estadounidense deba enfrentar antes de ver los resultados.

El congreso, una aduana sencilla

Curiosamente, lograr la aprobación en el Congreso será de lo menos complicado. En primer lugar, porque Biden cuenta con la mayoría demócrata tanto en la cámara de Representantes como en el Senado, aunque esta última es muy ajustada y se da gracias al voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris.

Sin embargo, una reforma migratoria puede obtener un apoyo bipartidista, indica Maureen Meyer, vicepresidenta para programas de la Oficina de Washington para asuntos Latinoamericanos, la WOLA, una organización de investigación y que promueve los derechos humanos de la comunidad latina en Estados Unidos.

"Incluso senadores como Marco Rubio (republicano, por Florida) han votado en el pasado a favor de una reforma migratoria", recordó Meyer, quien indicó que una reforma migratoria no había sido presentada desde 2013, cuando Barack Obama aún era presidente de Estados Unidos.

Obama —de quien Biden fue vicepresidente— empujó entonces una reforma migratoria que daría una solución permanente a los inmigrantes. La ley pasó en el Senado, con 68 votos a favor y 32 en contra, que incluyó el apoyo de 14 republicanos, que entonces controlaban la Cámara Alta.

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En la Cámara de Representantes, también de mayoría republicana, la ley fue rechazada. Sin embargo, la historia puede ser distinta, pues lograr una reforma de este tipo puede otorgar legitimidad tanto a los demócratas como a los republicanos.

Un contexto social complicado

El presidente Joe Biden presentó su propuesta de ley en un momento de la historia estadounidense en el cual hay un fuerte sentimiento anti inmigrante, que incluso se tradujo en crímenes de odio contra la comunidad. El ejemplo más doloroso fue el tiroteo masivo en un Walmart en El Paso, Texas, que estaba dirigido contra la población mexicoestadounidense.

"Donald Trump ha empujado por cuatro años un discurso antiiinmigrante y xenófobo", dijo Meyer. Recordó que gran parte del discurso del ex presidente para llegar a la Casa Blanca consistió en alimentar los temores sobre las poblaciones de origen centroamericano y un discurso de criminalización de la población inmigrante.

Esta población conservadora puede jugar en contra de Biden, por lo que tendrá que cambiar las narrativas para poder obtener apoyo a su reforma, indicó Javier Urbano, profesor de las maestrías en Derechos Humanos y en Estudios sobre Migración de la Universidad Iberoamericana.

"Lo primero que ha hecho Biden es cambiar la narrativa y el mensaje", que ofrecía la administración Trump. De acuerdo con el especialista, la labor de Biden debe ser desmantelar la narrativa antiinmigrante, aprovechan la baja actividad actual de los grupos ultraconservadores en Estados Unidos, ya que fueron deslegitimados tras la toma violenta del Capitolio el 6 de enero.

Para ello, el presidente debe vender la reforma como una inversión para mejorar a Estados Unidos, pues no solo las poblaciones inmigrantes se verán beneficiadas por la reforma. Algunos beneficios de la reforma son brindar una mayor seguridad nacional, pues se tendrá un control de quién está en el país, así como mayores ingresos fiscales, señalaron Meyer y Urbano.

Además, la reforma será clave para brindar derechos laborales a millones de personas que actualmente no cuentan con prestaciones de ley, algo que a la larga beneficiará al país, pero, que en el corto plazo puede molestar a algunos empleadores.

"No le conviene a los empresarios ni a la agroindustria" brindar derechos laborales plenos a los trabajadores inmigrantes, señaló Urbano. Meyer, sin embargo, indicó que la Cámara de Comercio de Estados Unidos está de acuerdo con la reforma y apoyará la aprobación de esta.

En medio de una crisis económica

Estados Unidos está en medio de una de las peor crisis económica desde la Gran Depresión de 1929. Esta crisis, a su vez, tiene su origen en la pandemia de COVID-19, que ha obligado al cierre de miles de negocios y a una reducción significativa de la actividad económica. Sin embargo, a falta de una política consistente de combate a la enfermedad, Estados Unidos es el país más afectado, con millones de contagios y más de 400,00 muertes.

Biden ha reconocido que el combate a la pandemia y atender la crisis económica son las prioridades de su gobierno en este momento, por lo que otros temas de su agenda se pueden ver eclipsados, incluida su reforma migratoria.

El presidente estadounidense describió el viernes como una "crisis sanitaria única en un siglo", y la peor "crisis laboral y económica de la historia moderna”. "Y se está profundizando. No está mejorando. Se está profundizando", alertó.

Urbano recordó que la reforma de Reagan fue aprobada en medio de una economía próspera y con un desempleo, por lo que puede jugarle en contra. Actualmente, cerca de 18 millones de estadounidenses viven de las prestaciones por desempleo. Este subsidio fue prorrogado hasta finales de septiembre, así como la posibilidad de tomar una baja por enfermedad remunerada en caso de contagio de COVID-19.

Además, la aprobación del plan de ayuda de 1.9 billones de dólares presentado por Biden y la celebración de un juicio político contra el ex presidente Donald Trump le robaran a la reforma los focos de la agenda legislativa.

Un sistema complicado y obsoleto

Si la reforma de Biden llega al Congreso, puede durar varias semanas en discusión pues solo redactar los criterios de legibilidad será un proceso “casi demencial”, reconoce Urbano. Además, Biden deberá lograr cambiar la imagen del sistema inmigratorio de Estados Unidos, pues es conocido por su lentitud y su obsolescencia.

"La reforma deberá mejorar los tribunales de inmigración para lograr que los inmigrantes de acerquen sin miedo", señaló Blanca Lilia Ojeda Valdés, académica de la Universidad La Salle.

Urbano señala que el sistema migratorio estadounidense tiene “graves problemas” desde hace décadas, que incluyen la falta de personal, procedimientos obsoletos y un aparato burocrática lento, por lo que los cambios a nivel institucional serán claves para lograr el éxito de su reforma.

La reforma de Biden incluye puntos para reducir los retrasos en los tribunales de inmigración, dar mayor capacitación a los jueces y mejorar su tecnología. También dará financiamiento para brindar orientación legal y asesoramiento para los niños no acompañados y personas vulnerable, cuando sea necesario.

Urbano señaló que los resultados de la reforma se verán reflejados en un mediano y largo plazo, por lo que es probable que Joe Biden tenga que esperar hasta los últimos meses de su mandato para ver los frutos de su trabajo. “No se van a ganar votos, pero va a ganar legitimidad”, estimó el especialista en migración.

Aunque la llegada de la reforma aún pueda demorar varios meses, Urbano recomendó a los inmigrantes que preparen sus documentos probatorios, como comprobantes de su pago de impuestos, cartas de empleadores y constancias de no antecedentes penales.

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