El presidente también señaló que se llevará a cabo una revisión cuidadosa de todos los recursos que fueron asignados o reasignados pata la construcción de la barrera fronteriza.
El demócrata ya había firmado el 20 de enero, su primer día en la Casa Blanca, una orden ejecutiva con la que frenaba la construcción del muro, una de las promesas emblemáticas de Trump.
Si bien Biden no planea derribar la parte de muro ya construida, que se extiende por 727 kilómetros de la zona limítrofe, sí ordenó que dejen de destinarse recursos para este fin.
Sin embargo, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) señaló en enero que tiene fondos para completar otros 480 kilómetros de muro y que planeaba adjudicar contratos antes de que Biden llegara al poder.
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Esto podría complicar los esfuerzos del demócrata para frenar el proyecto, pues esto solo sería posible hasta que se agotaran los fondos ya comprometidos.
Antes de dejar la presidencia, Donald Trump aseguró que detener la construcción del muro provocaría una “calamidad absoluta” para la seguridad de Estados Unidos.
"Eso será una calamidad absoluta para la seguridad nacional, la seguridad pública y la salud pública. Destruirá millones y millones de empleos y se llevará miles de vidas inocentes", dijo Trump el 12 de enero durante una visita a El Alamo, Texas.
Esta es la última de una serie de medidas que Biden ha tomado para desarmar las políticas antiinmigración de su predecesor.