"Eso será una calamidad absoluta para la seguridad nacional, la seguridad pública y la salud pública. Destruirá millones y millones de empleos y se llevará miles de vidas inocentes", añadió Trump este martes durante una visita a El Alamo, Texas.
Un "maremoto"de migrantes
En su última visita, Trump volvió a utilizar la retórica inmigrante que lo impulso a la Casa Blanca en 2016. Aseguró que conservar sus medidas impedirá que se desate un “maremoto” de migrantes en la frontera con México.
"Si se revierten nuestras medidas en la frontera, se desatará un maremoto de inmigración ilegal, una ola como la que nunca hemos visto, y puedo decirles que ya están empezando a venir olas desde una distancia de 2,000 y 1,000 y 500 millas, vemos que vienen”, dijo.
Así, Trump recuperó dos de sus mensajes más comunes sobre la migración: que todos los inmigrantes indocumentados son criminales, sin matices, y su argumento de que la restricción al asilo ha permitido contener la expansión del COVID-19, a pesar de que Estados Unidos encabeza las cifras de contagios y muertes por la enfermedad a nivel mundial.
Incluso, el mandatario aseguró que “en el otro lado, en México, están sufriendo mucho con el virus”. El país latinoamericano está en el Top 10 de casos acumulados y decesos por el COVID-19, pero aún se encuentra muy lejos de los 22 millones de contagios y las 379,551 muertes de su vecino.