El secretario de Defensa filipino, Delfin Lorenzana, señaló en un comunicado que 92 personas, en su mayoría militares, viajaban en el aparato. Cinco siguen desaparecidos.
Algunos soldados fueron vistos saltando del avión antes de que impactara contra el suelo y se incendiara, dijo el general William Gonzales, comandante del grupo de tareas conjuntas de Sulu.
"Es un día triste, pero tenemos que mantener la esperanza", indicó.
Se trata de uno de los accidentes de aviación militar más mortíferos de la historia del país.
Fotos difundidas por el canal de televisión local Pondohan TV en su página Facebook mostraban el fuselaje del avión en llamas. Una columna de humo negro se elevaba sobre las casas ubicadas cerca del lugar del siniestro.
El general Cirilito Sobejana de las Fuerzas Armadas dijo que el avión transportaba tropas desde Cagayan de Oro, en la isla de Mindanao (sur), cuando se salió de la pista al intentar aterrizar en Jolo.
El aparato intentó "recuperar la potencia, pero no lo consiguió", explicó Sobejana.
El avión de cuatro motores se accidentó cerca de una cantera, en una zona poco poblada, dijo a la AFP la primera teniente Jerrica Angela Manongdo.
Los informes iniciales indican que el aparato se rompió en dos, afirmó a la AFP el teniente general Corleto Vinluan, jefe del comando de Mindanao Occidental.
Un estudiante de 21 años, Almar Hajiri Aki, dijo a la AFP que estaba junto a la carretera cuando escuchó "una ruidosa explosión".