A cada uno se le administraron las dos dosis de la vacuna Pfizer-BioNTech. Sin embargo, se les extrajo plasma sanguíneo 21 días después de la primera inyección y 28 días después de la segunda. Ambas muestras se analizaron en su momento para examinar los niveles de anticuerpos contra COVID-19.
Al principio del estudio , es decir, antes de la administración del antígeno, el grupo que no tenía infección previa tenía una base de 4.03 unidades de anticuerpos por mililitro. Tras la primera inyección, los niveles aumentaron a 1,822 unidades por mililitro, en promedio. Después de la segunda dosis, los anticuerpos alcanzaron un nivel de 15,005 AU/ml (unidades de medida por mililitro).
Por su parte, las personas que sí se habían contagiado previamente de COVID-19, tenían una base de inicio de 621.3 unidades por mililitro y, tras la primera inyección, sus anticuerpos aumentaron a 30,173 AU/ml. Esto quiere decir que, con una sola dosis, los previamente infectados alcanzaron el doble de anticuerpos que los que nunca se habían contagiado. Cuando al grupo de infectados o sobrevivientes de COIVD-19 se les administró la segunda dosis, su protección se elevó ligeramente a 36,600 unidades por mililitro.
Podría ser útil para mejorar la estrategia de vacunación
Los científicos responsables de esta investigación enfatizan que “este estudio destaca el potencial de recomendar una dosis única para personas previamente infectadas y puede ser útil para las discusiones sobre la estrategia de vacunación”. Es decir, que, si se validan estos datos, podría contemplarse vacunar, al menos con una sola dosis, a quienes previamente ya se contagiaron de COVID-19 para que alcancen una inmunidad importante e incluso superior en comparación de los que nunca se infectaron. Esto podría ser muy importante en un escenario de dosis limitadas.
No obstante, los investigadores también advierten que aún hay limitantes para sus conclusiones, como el pequeño tamaño de la muestra y la poca diversidad entre los participantes, en términos de sexo, grupo étnico o nacionalidad.
Estos resultados podrían alentar a las personas a vacunarse, a pesar de haber adquirido cierta inmunidad natural, tras sobrevivir al virus. Más aún cuando los organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud han alertado sobre la necesidad de extender la vacunación a todo el mundo. Pues, de lo contrario, la llamada inmunidad de rebaño será inalcanzable en el corto plazo. Del mismo modo, entre más personas se vacunen, existen menos posibilidades de que surjan nuevas variantes, como la Delta o la variante Lambda . Se estima que, desde el inicio de la pandemia, más de 200,887,900 personas se han infectado de COVID-19 en el mundo.
De acuerdo con datos recolectados por la agencia AFP, después de Estados Unidos, los países con más víctimas mortales son Brasil, con 560,706 muertos y 20,066,587 casos; India, con 426,754 muertos (31,856,757 casos); México, con 243,165 muertos (2,922,663 casos), y Perú, con 196,760 muertos (2,121,061 casos).