"Para evitar actos de saqueo en Kabul y que los oportunistas no hagan daño a la gente, el Emirato Islámico (como se autodenominan los talibanes) ordenó a sus fuerzas entrar en las áreas de Kabul de donde salió el enemigo", aseguraron los talibanes en un comunicado.
Los talibanes, que previamente habían asegurado que no entrarían en Kabul hasta que se produjera una transicion de poder pacifica, insistieron en que la población "no debe temer a los muyahidines".
Afirmaron que sus combatientes entrarán en la ciudad "con calma, no se meterán con nadie. Los militares y los empleados civiles del Gobierno deben confiar en que nadie les hará daño".
Kabul intenta volver a sus actividades, pero con temor y desconfianza
"No le está permitido a ningún combatiente entrar en casa alguna o torturar o molestar a nadie", sentenciaron.
Tras la orden, combatientes talibanes comenzaron a patrullar las calles de Kabul, registrando a las personas que se iban encontrando, para luego dejarlas seguir, según pudo ser testigo EFE.
Aeropuerto de Kabul
Al caer la noche, la cadena de televisión local 1TV informó que se escucharon múltiples explosiones en la capital, que en gran parte había estado tranquila durante el día. Reportó además que se podían escuchar disparos cerca del aeropuerto, donde los diplomáticos extranjeros, funcionarios y otros afganos se encontraban en busca de salir del país.
El grupo de ayuda Emergency dijo que 80 personas heridas habían sido llevadas a su hospital en Kabul, que ya funcionaba a capacidad, y que solo admitía a personas con lesiones potencialmente mortales.
Estados Unidos informó este domingo que en las próximas horas tomará las riendas del control del tráfico aéreo en el aeropuerto de Kabul para facilitar sus evacuaciones y las de sus aliados, y prometió que acelerará la salida de miles de afganos que ayudaron a sus tropas durante la guerra.
En un comunicado conjunto, el Pentágono y el Departamento de Estado indicaron que están tomando una serie de medidas para asegurar la seguridad del aeropuerto internacional de Kabul, con el fin de "permitir la salida segura del personal estadounidense y de sus aliados de Afganistán, en aviones civiles y militares".
"A lo largo de las próximas 48 horas, habremos expandido nuestra presencia de seguridad a casi 6.000 tropas, con una misión centrada únicamente en facilitar estos esfuerzos, y tomaremos las riendas del control de tráfico aéreo" en el aeropuerto, señala la nota.
"Mañana (lunes) y en los próximos días, trasladaremos fuera del país a miles de ciudadanos estadounidenses que han residido en Afganistán, así como al personal contratado a nivel local de la misión estadounidense en Kabul y sus familias", añade el comunicado.
El presidente abandona Afganistán
Poco antes, se daba a conocer el anuncio de que el "expresidente" Ghani había abandonado el país, lo que acercaba aún más la victoria de los talibanes tras veinte años de guerra.
En un mensaje de video, el presidente del Alto Consejo para la Reconciliación Nacional de Afganistán, Abdullah Abdullah, aseguró que "el expresidente" Ghani ha abandonado el país, y le culpó de la situación que vive en estos momentos Afganistán.
"Mi esperanza es que Dios y el pueblo de Afganistán decidan sobre el expresidente de Afganistán, que abandonó el país y puso a la nación en esta situación", dijo Abdullah, que en el pasado llegó a compartir poder con Ghani.
Abdullah pidió a los ciudadanos "paciencia para pasar estos días difíciles" en los que espera, dijo, los afganos puedan encontrar una forma de vida pacífica.
Los talibanes se habían apostado esta mañana al norte, oeste, y sur de los límites de Kabul, marcando el asedio en casi todo el perímetro de la ciudad y con casi todas las provincias vecinas bajo su control, a la espera de una transición de poder pacífica.
El ministro del Interior afgano, Abdul Satar Mirzakwal, había asegurado que Kabul no sería atacada, "ya que se acordó que la seguridad y el poder político de la ciudad de Kabul se entregarán pacíficamente bajo una administración de transición", reveló en una declaración en video.
El acecho de los talibanes había aumentado la presión para tratar de encontrar una salida de urgencia de parte de la población ante la probable caída de la ciudad, un temor que se cierne sobre funcionarios públicos, académicos, periodistas y, sobre todo, entre aquellos que han trabajado con alguno de los países que enviaron tropas a Afganistán para combatir a los insurgentes.
Este fin de semana se espera que lleguen a Kabul una mayoría de los 4,000 militares estadounidenses que el Pentágono ha decidido enviar a la capital afgana para la evacuación de la mayor parte del personal de la embajada de Estados Unidos y de ciudadanos afganos.