Al menos 60 países ya solicitaron facilidades para que el nuevo régimen talibán permita salir a los civiles afganos que lo deseen, a través de vuelos internacionales.
Hasta el momento, las operaciones siguen suspendidas y no hay garantías de seguridad que permitan afirmar que los aviones no será blanco de ningún tipo de ataque. Aunque tampoco se ha informado sobre algún tipo de confrontación entre los aviones de las fuerzas occidentales y las del Talibán.
Desde el viernes pasado, el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, salió huyendo del país, aceptando la victoria del nuevo gobierno de facto talibán. Y tras la rápida conquista de Kabul por parte de los talibanes, se aceleró la retirada de las tropas estadounidenses, tras 20 años de guerra y ocupación que costaron miles de millones de dólares.
Desde la semana pasada, los gobiernos de Reino Unido, Estados Unidos y Francia enviaron tropas y unidades de su fuerza aérea a Kabul, con la misión de evacuar a los diplomáticos y ciudadanos de sus respectivas naciones. En Afganistán, hasta el momento, hay 6,000 efectivos del ejército de Estados Unidos tratando de evacuar.
¿Libertad prolongada?
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, lanzó la operación "Libertad Duradera" el 7 de septiembre de 2001, casi un mes después de los atentados terroristas del 11 de septiembre, que provocaron la muerte de más de 3,000 personas. Afganistán, entonces en manos talibana, se negaba a entregar a Osama Bin Laden, el líder de Al Qaeda, la organización terrorista que de adjudicó los ataques.
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Derrota veloz
La coalición internacional, encabezada por Estados Unidos y sus aliados en la OTAN, derrota a los talibanes en menos de dos meses, pues capitularon el 6 de diciembre de 2001.
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Una guerra olvidada
Estados Unidos se concentró en la invasión en Irak a partir de 2003. Esto permitió que los talibanes y otros grupos islamistas se reagruparan y formaran un movimiento de insurgencia.
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Promesas rotas
Aunque Barack Obama llegó a la presidencia de Estados Unidos con la promesa de terminar con la guerra, durante su gobierno se alcanzó un máximo de 100,000 soldados estadounidenses en Afganistán, con el fin de controlar a la insurgencia talibán y sofoca el avance de Estado Islámico.
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Muy lejos de la paz
Aunque al principio de su presidencia, Trump lanzó una importante ofensiva contra los talibanes, en 2020 su gobierno alcanzó un acuerdo de paz con este grupo. Su sucesor, Joe Biden, avanzó en el retiro de las tropas de Estados Unidos en Afganistán, que debería haber concluido el 31 de agosto. Los talibanes aprovecharon esto y la debilidad del ejército afgano para avanzar y finalmente, tomar la capital Kabul.
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