"Si Estados Unidos o Reino Unido piden más tiempo para continuar con las evacuaciones, la respuesta es no. O habrá consecuencias", declaró Suhail Shaheen, un portavoz talibán, al canal británico Sky News.
Desde que tomaron el poder en Afganistán el 15 de agosto, los talibanes intentan convencer a la población de que su régimen será menos brutal que el precedente, entre 1996 y 2001. Pero sus promesas no detienen la voluntad de miles de huir del país.
Este lunes, un militante talibán local, hablando ante una gran multitud en Kabul, instaba a los afganos a permanecer en el país.
"¿A dónde ha ido nuestro honor? ¿A dónde ha ido nuestra dignidad?", dijo el miliciano no identificado. "No permitiremos que los estadounidenses sigan estando aquí. Tendrán que abandonar este lugar. Ya sea con una pistola o un lápiz, lucharemos hasta el último aliento”.
El caos aeroportuario también está afectando los envíos de ayuda.
Unas 500 toneladas de suministros médicos están sin entregar porque el aeropuerto de Kabul se encuentra cerrado a los vuelos comerciales, dijo a Reuters Richard Brennan, director regional de emergencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la región del Mediterráneo Oriental.
Los líderes de los talibanes, que han tratado de mostrar un rostro más moderado desde la captura de Kabul, han iniciado conversaciones sobre la formación de un gobierno, mientras que sus fuerzas se concentran en los últimos focos de oposición.
Los combatientes talibanes habían retomado tres distritos en la provincia norteña de Baghlan que las fuerzas de la oposición capturaron brevemente y rodearon a las fuerzas de la oposición en el valle de Panjshir, un bastión de los talibanes al noreste de Kabul.
"El enemigo está sitiado en Panjshir", dijo el portavoz talibán Zabihullah Mujahid.
Con información de AFP, EFE y Reuters