Biden prometió que, cuando actúe en la región "trascendental" del Indopacífico, lo hará con sus "aliados y socios, mediante cooperación y mediante instituciones multilaterales como las Naciones Unidas, para amplificar la fuerza y rapidez" de sus medidas.
Se refería así, sin mencionarlo, al pacto de defensa que ha alcanzado con Australia y el Reino Unido, por el que Washington y Londres ayudarán a los australianos a desarrollar submarinos de propulsión nuclear, en lugar de los sumergibles convencionales franceses.
Poco después, reunido en Nueva York con el primer ministro australiano, Scott Morrison, el presidente estadounidense defendió que su alianza con ese país "está en línea con todas las otras democracias del mundo", sin mencionar directamente a Francia.
París considera como una "puñalada en la espalda" el acuerdo de seguridad concluido entre Estados Unidos, Australia y Reino Unido para hacer frente a Pekín en el Pacífico, conocido como AUKUS, a espaldas de los franceses que perdieron un millonario contrato con Canberra para fabricar submarinos.
Señal de que París no está dispuesto a pasar página, un asesor del presidente francés, Emmanuel Macron, el gran ausente de la Asamblea, ha advertido que la conversación telefónica esperada "antes del fin de semana" con Joe Biden "no será un intercambio de reconciliación" sino de “aclaración".
Tras su reunión con Morrison y otra con el presidente iraquí, Barham Saleh, Biden viajó de vuelta a Washington tras una visita de menos de 24 horas a Nueva York para participar en los actos de la Asamblea General, marcada todavía por la pandemia.
Con información de AFP y EFE