WASHINGTON- La agenda del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, sufrió un importante revés el lunes, cuando el senador demócrata moderado Joe Manchin anunció que no apoyaría todavía un marco de 1.75 billones de dólares de gasto social y climático presentado a finales de la semana pasada.
"No apoyaré un proyecto de ley de varios billones sin una mayor claridad", dijo a los periodistas Manchin, quien a menudo ha sido un obstáculo para la agenda de Biden.
Manchin describió el proyecto de ley como lleno de trampas y trucos presupuestarios que acabarían costando mucho más que los 1,75 billones de dólares considerados.
En cambio, Manchin exigió que la Cámara de Representantes actúe de inmediato sobre un proyecto de ley de infraestructuras de 1 billón de dólares ya aprobado por el Senado.
Los progresistas del Partido Demócrata de Biden han exigido que no se vote esa medida hasta que el proyecto de ley de más envergadura para ampliar los programas sociales y atacar el cambio climático se haya concretado primero y se haya asegurado su aprobación en el Senado.
Biden, que ha depositado sus esperanzas en la aprobación de los dos proyectos de ley, había visitado el Capitolio el jueves para pedir a los legisladores demócratas que apoyen su programa.
"No creo que sea una hipérbole decir que las mayorías de la Cámara de Representantes y del Senado y mi presidencia estarán determinadas por lo que ocurra en la próxima semana", dijo Biden en una reunión a puerta cerrada con demócratas de la Cámara de Representantes, según una fuente familiarizada.
El Senado está dividido al 50% y los demócratas tienen la mayoría gracias al voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris, lo que significa que en la práctica cualquier senador demócrata tiene poder de veto.
El marco de 1.75 billones de dólares que Biden esbozó la semana pasada incluía programas para luchar contra el cambio climático, aumentar la disponibilidad de la educación preescolar e impulsar otros elementos de la red de seguridad social.
Los principales demócratas, incluida la gran ala progresista del partido, habían acordado reducir drásticamente sus expectativas respecto de un objetivo anterior de 3.5 billones de dólares.
