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Hambruna, tortura y violaciones: ¿cómo es la guerra civil en Etiopía?

El conflicto en el Tigray, una región al norte del país africano, está por cumplir un año y ha dejado como saldo cientos de muertes y miles de desplazados internos. Esto sabemos.
jue 04 noviembre 2021 05:04 AM
Granjeros locales caminan junto a un tanque dañado que fue abandonado en un camino en la región del Tigray, en Etiopia.
Las fuerzas rebeldes de la región de Tigray cada vez más cerca de la capital de Etiopía, Adís Abeda.

La guerra civil en el norte de Etiopía cumple el jueves 4 de noviembre un año de una situación tremendamente volátil, con las fuerzas rebeldes de la región de Tigray cada vez más cerca de la capital, Adís Abeda, y con un rastro de miles de muertos y vastas violaciones a los derechos humanos.

El gobierno de Etiopía declaró el martes el estado de emergencia en todo el territorio nacional para tratar de frenar la ofensiva de los rebeldes de Tigray, después de que lograran avances estratégicos sobre la región de Adrara, vecina a Adís Adeba, en los últimos días.

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“El país se enfrenta potencialmente a la balcanización si la comunidad internacional no toma medidas”, señaló a EFE Hassan Khannenje, director del Instituto Internacional para el Cuerno de África y experto en conflictos.

Esto es lo que sabemos sobre la guerra civil que está afectando al segundo país más poblado de África.

¿Por qué Etiopía está en guerra?

Tigray despertó en guerra el 4 de noviembre de 2020, después de que Abiy enviara al Ejército para derrocar al Frente Popular de Liberación Tigray (FPLT), partido gobernante en la región, en respuesta a un ataque contra una base militar federal cometido el día anterior, una acción que los tigriñas describieron como defensa propia.

Como principal fuerza de la coalición gobernante, el FPLT dominó la política etíope desde el derrocamiento del régimen comunista en 1991 hasta el nombramiento de Abiy como primer ministro en 2018.

Abiy llegó con una esperanzadora agenda reformista que incluyó la firma de un acuerdo de paz histórico con la vecina Eritrea —una de las dictaduras más opacas de África— y que le valió el Premio Nobel de la Paz en 2019.

"La llegada al poder de Abiy fue algo revolucionario porque no representa exactamente lo que llamaríamos 'status quo'" pero, desde entonces, el mandatario ha cometido "errores que lo han aislado y le han quitado credibilidad", apuntó Khannenje.

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Tras una escalada de tensión, agravada por el aplazamiento de las elecciones por parte del gobierno aludiendo al COVID-19, los tigriñas celebraron sus propios comicios regionales parlamentarios —que Adís Abeba consideró “ilegales”— llevando a su máxima ebullición la crisis, que explotó el 4 de noviembre.

Otra acusación para Facebook por anteponer ganancias a contenido problemático

Desde el inicio de la ofensiva militar hasta ahora, cuando el país decidió este martes declarar el estado de emergencia frente al peligro inminente de una posible entrada de los rebeldes en Adís Abeba, los equilibrios de fuerzas han cambiado.

Aunque las fuerzas tigriñas se vieron superadas en un principio por la coalición de tropas federales —incluida la presencia de soldados eritreos y fuerzas de la vecina región de Amhara—, después recuperaron terreno al estar muy "familiarizados con la guerra de guerrillas y la topografía de la región", según Khannenje.

A finales de junio, Abiy declaró un "alto el fuego unilateral humanitario" y el Ejército federal se retiró de la región, a excepción del oeste, anexionado por fuerzas de Amhara, que reclama derechos histórico sobre esas tierras.

Desde entonces, la guerra se ha vuelto cada vez más inestable, con constantes movimientos militares por parte de los tigriños, hasta expandir la lucha a las limítrofes regiones de Amhara y Afar, donde cientos de miles de personas se han visto desplazadas.

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¿Qué crímenes se han cometido durante la guerra?

Todas las partes que luchas en el conflicto, en diversos grados, han cometido crímenes de guerra y contra la humanidad que tuvieron como víctimas principales a civiles que no tenían nada que ver con las hostilidades, de acuerdo con un reporte de Naciones Unidas publicado este miércoles.

Unas de las principales víctimas han sido las mujeres, que , que sufrieron abusos sexuales en una dimensión que los investigadores reconocer que todavía está por determinar. El informe denuncia que todas las partes del conflicto han perpetrado violencia sexual y que sus miembros han estado implicado en actos criminales, incluyendo violaciones en grupo, con el fin de "degradar y deshumanizar a las víctimas”.

De treinta entrevistas con mujeres supervivientes, los investigadores descubrieron que la mitad habían sido víctimas de violaciones en grupos y que entre ellas algunas habían quedado embarazadas o adquirieron enfermedades sexualmente transmisibles.

La investigación que ha llevado a estas conclusiones ha sido conducida por una comisión conjunta de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU, dirigida por la alta comisionada Michelle bachelet, y la Comisión Etíope de Derechos Humano. La investigación cubre el periodo que va del 3 de noviembres de 2020, cuando estalló el conflicto en la región de Tigray, hasta finales de junio pasado.

"Hay detalles de violaciones y abusos, que incluyen asesinatos y ejecuciones extrajudiciales, torturas, violencia sexual y basada en el género, violaciones contra los refugiados y desplazamiento forzado de civiles", declaró Bachelet al presentar el informe a la prensa.

De acuerdo al relato de la situación en el terreno, la declaración unilateral de cese de las hostilidades ha tenido un impacto relativo en los niveles de violencia, puesto que desde entonces "todas las partes siguen violando los derechos humanos hasta el día de hoy " y las informaciones que llegan de abusos cometidos por las fuerzas tigriñas "se han multiplicado", dijo la alta comisionada.

El informe relata varios episodios de actos brutales por razones étnicas, en particular masacres de miembros de la etnia amhara o de tigriños, sobre los cuales se menciona que son actos que podrían corresponder a "ataques generalizados y sistemáticos contra una población civil específica y por lo tanto serían crímenes contra la humanidad”.

Etíopes que huyeron de una batalla en la región del Tigray son vistos en el río Setit en la frontera entre Sudán y Etiopía.
Todas las partes que luchas en el conflicto en Etiopía, en diversos grados, han cometido crímenes de guerra y contra la humanidad que tuvieron como víctimas principales a civiles.

Asimismo, se retrata una situación en la que la tortura se ha vuelto común, así como las detenciones en lugares secretos o bases militares y el saqueo y ataques contra viviendas, iglesias y hospitales, que en algunos casos estaban siendo utilizados como instalaciones militares, señaló la jefa de la sección de Africa Oriental y del Sur de la Oficina de Bachelet, Françoise Mianda.

El gobierno de Etiopía ha aceptado los resultados de la investigación, pero los rebeldes tigriños la han considerado "defectuosa".

"Aunque tenemos reservas serias con respecto a algunos aspectos del informe, lo reconocemos y aceptamos como un documento importante que complementa nuestro esfuerzo continuo para brindar compensaciones a las víctimas, garantizar la rendición de cuentas y tomar medidas preventivas", escribió el primer ministro etíope en un comunicado.

El equipo investigador se encontró con obstáculos y no pudo realizar todas las visitas previstas en algunas partes de Tigré, señaló en un comunicado el Alto Comisionado.

El informe suscitó dudas sobre su imparcialidad dado que uno de los investigadores del Alto Comisionado fue expulsado de Etiopía por las autoridades junto a otros seis responsables de la ONU.

Por su parte, el portavoz del FLTP, Getachew Reda, lamentó este martes que la metodología de la investigación fue "defectuosa" y no cubrió todos los lugares donde se cometieron "horrendos crímenes" en Tigray.

Según el portavoz, "la investigación no involucró a todas las partes interesadas" y "casi no se hizo ningún esfuerzo por contactar al gobierno de Tigray”

La directora de Human Rights Watch para el Cuerno de África, Laetitia Bader, pidió a la comunidad internacional "establecer urgentemente una investigación independiente que garantice un escrutinio internacional, la preservación de las pruebas y un camino allanado para que una auténtica rendición de cuentas".

¿Cuáles han sido las consecuencias de esto?

Casi siete millones de personas afrontan una "crisis de hambre" por el conflicto, según advirtió en septiembre la ONU, que denunció un "bloqueo de facto de la ayuda humanitaria" por parte del Gobierno federal, empeorado desde que los rebeldes controlan la región.

Al menos 400,000 personas viven ya en condiciones de hambruna, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU.

A pesar del bloqueo de las telecomunicaciones —que impide conocer la magnitud real de la guerra—, algunos medios han logrado documentar las primeras muertes por hambre en la región.

Desde el Hospital Ayder de Mekele —capital de Tigray, que sufrió nuevos bombardeos en las últimas semanas—, Nurse Teklab Teklemariam, coordinador pediátrico, confirmó a Efe que al menos 44 menores murieron por hambre o falta de medicinas durante el último mes.

¿Cuál fue el papel de Facebook en este conflicto?

La semana pasada, documentos de Facebook filtrados a varios medios, mostraron que las redes sociales de la empresa fueron usadas para esparcir discursos de odio e incitar a la violencia en varios países en vías de desarrollo sin que tomara las acciones necesarias para prevenirlo.

Documentos internos de la firma vistos por Reuters muestran que Facebook sabía que no contrató suficientes trabajadores con las habilidades lingüísticas y el conocimiento de los eventos locales necesarios para identificar publicaciones objetables de usuarios en varios países en desarrollo.

Los documentos también mostraron que Facebook emplea sistemas de inteligencia artificial para erradicar ese contenido que con frecuencia tampoco están a la altura. Asimismo, tampoco ha hecho fácil que sus propios usuarios globales marquen las publicaciones que violan las reglas del sitio.

En una revisión publicada en el tablero de mensajes interno de Facebook el año pasado sobre las formas en que la compañía identifica los abusos en su sitio, un empleado informó de "brechas significativas" en ciertos países en riesgo de violencia en el mundo real, sobre todo en Myanmar y Etiopía.

Los documentos muestran que los empleados advirtieron a los administradores sobre cómo Facebook había sido usado por “actores problemáticos”, incluidos organizaciones estatales y extranjeras para esparcir discursos de odio y contenido que incitaba a la violencia en Etiopía y en otros países emergentes.

A principios de año, el equipo de Facebook compartió un informe interno titulado “Daño social coordinado”, de acuerdo con una publicación de CNN.

El informe, distribuido en marzo, decía que los grupos armados en Etiopía estaban usando la plataforma para incitar a la violencia contra minorías étnicas y en el contexto de la guerra civil. En ese momento, el conflicto en la región de Tigray entre el FPLT y el actual gobierno había estado retumbando por cinco meses.

Uno de los grupos señalados en el informe de marzo fue el "Fano", un grupo de milicias de etnia amhara con reputación de brutalidad que se ha visto envuelto en la guerra de Tigray, a veces luchando junto a las fuerzas del gobierno etíope.

Facebook dijo que había observado un grupo de cuentas afiliadas al grupo de milicias, incluidas algunas con sede en Sudán, que usaban su plataforma para "sembrar llamadas a la violencia", promover conflictos armados, reclutar y recaudar fondos.

Desde que comenzó la guerra, los tigrayanos desplazados han vinculado a la milicia Fano con abusos contra los derechos humanos, incluidos asesinatos de civiles, saqueos y violaciones.

Aunque el equipo de Facebook dijo que había recomendado que se eliminara la red afiliada a Fano, sugirió que otros actores prejudiciales que promueven la violencia en su plataforma se estaban escapando simultáneamente. En un titular en negrita, el equipo advirtió: "Las estrategias de mitigación actuales no son suficientes".

Los documentos de Facebook también detallan la eliminación por parte de la plataforma de un grupo de cuentas vinculadas a la diáspora Oromo, principalmente con sede en Egipto, que se dirigía a audiencias etíopes con contenido altamente incendiario, incluidos "llamados explícitos a la violencia contra funcionarios gubernamentales y otros grupos étnicos”.

"En los últimos dos años, hemos invertido activamente para agregar más personal con experiencia local, recursos operativos y capacidad de revisión adicional para expandir el número de idiomas locales que admitimos para incluir amárico, oromo, somalí y tigrinya. Hemos trabajado para mejorar nuestra detección para que podamos eliminar más contenido dañino a escala. También nos hemos asociado ampliamente con expertos internacionales y locales para comprender mejor y mitigar los mayores riesgos en la plataforma ", dijo el vocero.

Con información de AFP, EFE y Reuters

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