"Se trata realmente de una forma de garantizar la seguridad de la población", señaló.
Las autoridades rusas atribuyen el agravamiento de la situación epidémica al factor estacional, a la llegada del otoño y el consiguiente descenso de las temperaturas, así como a la variante delta del coronavirus, mucho más contagiosa que las demás.
El impacto de la variante Delta
Los enfermos contagiados con la variante delta, dijo Murashko, "requieren más hospitalizaciones, en primer lugar de los no vacunados, incluidas personas jóvenes".
Por ello, explicó, "pese a la disminución de los casos activos, la necesidad de camas se mantiene".
Según Murashko, a día hoy Rusia cuenta con 306,000 camas para pacientes con COVID-19.
Una de las mayores preocupaciones de las autoridades rusas es la lentitud con que avanza la campaña de vacunación, principalmente por las reticencias de los ciudadanos.
Poco más de 57.2 millones de vacunados, el 48% de la meta
Según datos oficiales, poco más de 57.2 millones de ciudadanos han recibido la pauta completa de vacunación, lo que supone solo el 48% de la meta que se plantea el gobierno para alcanzar la inmunidad colectiva.
"Actualmente en el país hay 400 vacunados por cada 100,000 personas", dijo Murashko, que destacó que la pasada semana no laborable se vacunó un total de 3,7 millones de personas.
El primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, informó hoy de que casi 80 millones de dosis de vacunas han sido enviadas a la regiones del país.