El gobierno de Australia presentó un polémico proyecto de ley que busca proteger a las personas religiosas de la “cultura de la cancelación”, al permitirles la libre expresión de sus creencias. Sin embargo, esta ley podría alentar otro tipo de discriminación en contra de la población LGBT+.
El primer ministro de Australia, Scott Morrison, presentó el proyecto de ley ante el Parlamento australiano este jueves.
Morrison señaló que, en el marco de la Commonwealth, existen leyes contra la discriminación sexual, la discriminación racial, la discriminación por discapacidad y la discriminación por edad, pero no existe ninguna ley que proteja a las personas creyentes de alguna religión contra la discriminación.
El debate sobre el respeto a la libertad religiosa en Australia ha sido muy activo desde la aprobación de la ley sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo ene 2017 y fue uno de los temas claves de la campaña de la coalición, encabezada por los conservadores, que llevó a Morrison al poder en 2019.
“Hoy arreglamos una importante debilidad en nuestra leyes de discriminación, como nuestro gobierno prometió que lo haría, a la gente de Australia en la última elección. Hoy honramos ese compromiso”, dijo el primer ministro ante el parlamento, de acuerdo con un comunicado.
La presentación de este proyecto de ley es leída como una manera de atraer a los electores religiosos ante las elecciones de 2021.
“Para muchos australianos la religión es inseparable de su cultura. (…) Negarles protección de la discriminación por su creencias religiosas es amenazar el tejido del multiculturalismo en este país”, aseguró Morrison.
Si se aprueba, la nueva legislación protegerá a los australianos que hagan “declaraciones de creencias” de las acciones bajo las leyes de discriminación existentes, pero solo si esas declaraciones no “amenazan, intimidan, acosan o denigran a una persona o grupo”.
“Las personas no deben ser canceladas, perseguidas, o denigrada porque sus creencias son diferentes a las de alguien más en una sociedad libre y liberal como Australia”, dijo el premier australiano.
También permitirá que las organizaciones religiosas den prioridad a la contratación e inscripción de personas de su fe. Por ejemplo, si una escuela primaria religiosa requiere que todos los alumnos y los profesores practicarán una religión en particular, puede rechazar a las personas que no lo hacen.
Esto aplica también para organizaciones como hospitales, centros de atención a personas mayores y proveedores Der servicios para personas con discapacidad.
La ley también permitirá a los trabajadores de la salud a negar tratamientos médicos a las personas “por razones médicas”.
Pero los críticos de esta ley dicen que “no está balanceada”, ya que permitirá a las personas a hacer declaraciones discriminatorias en el nombre de su religión y alentará la discriminación contra los miembros de la comunidad LGBT+.
Por ejemplo, el Religious Freedom. Review Panel, encabezado por Philip Ruddock, recomienda al gobierno hacer más investigación como “la experiencia comunitaria de la libertad religiosa”, pues la ley tiene un enfoque limitado sobre la libertad de creencias en una discusión más general sobre diversidad.
“Ya es legal que las escuelas religiosas despidan, expulsen o discriminen de cualquier otra forma a los estudiantes y al personal LGBT. El Proyecto de Ley de Discriminación Religiosa no hará nada para cambiar esto, sino que reforzará la capacidad de las escuelas religiosas para negarse a contratar personal que las afirme o apoye.", indicó Anna Brown, CEO de la organización por los derechos LGBT+ Equality Australia.
Morrison se había comprometido en 2018 a hacer una reforma a la Ley de Discriminación Sexual, que permite la expulsión de alumnos LGBT de colegios religiosos, para impedir que esto sucediería.
El Centro Legal de Derechos Humanos de Australia dijo que el proyecto de ley no logra "equilibrar de manera justa el derecho a la igualdad con la libertad de religión”.
Los grupos de derechos humanos y LGBT también han advertido que la ley otorgaría licencia para que las personas expresen opiniones intolerantes. La ley también autoriza a las personas a expresar comentarios despectivos o dañinos en el lugar de trabajo, la escuela y el entorno de salud, dijo el grupo de derechos humanos.
“Cuando una enfermera dice a un paciente con VIH que su VIH es un castigo de Dios, por ejemplo… lo cual constituye claramente un acto de discriminación hoy y que puede constituir una declaración de creencias, estaría protegido bajo la ley que esta propuesta”, dijo Brown a la candena ABC esta semana.
