La exministra de Finanzas había ganado una votación similar el miércoles, pero tiró la toalla horas después de que un socio menor de la coalición abandonó el gobierno por una votación presupuestaria perdida.
"Como todos los gobiernos minoritarios, buscaremos la cooperación con otros partidos en el parlamento, y veo buenas oportunidades para hacerlo", dijo en una conferencia de prensa Andersson, cuyo partido tiene 100 de los 349 escaños.
"Los socialdemócratas tienen el grupo parlamentario más grande por un amplio margen. También tenemos una larga tradición de cooperación con otros y estamos dispuestos a hacer lo que sea necesario para llevar adelante a Suecia", agregó.
El líder del opositor derechista Partido Moderado, Ulf Kristersson, describió la administración entrante como un "gobierno provisional de nueve meses" y dijo que no podría lograr mucho en el período previo a las elecciones, previstas para septiembre de 2022.
Andersson tendrá que liderar uno de los ejecutivos más débiles de Suecia en las últimas décadas y gobernar con un presupuesto formulado en parte por tres partidos de oposición, incluida la formación antiinmigración del partido Demócratas de Suecia, cuyos avances durante la última década se encuentran en el centro de la agitación política en el país.
El parlamento adoptó las enmiendas presupuestarias presentadas por la oposición la semana pasada, que reformaron en gran medida los planes de gasto del gobierno. Los socialdemócratas llevan desde 2014 en el poder, apoyados por partidos unidos por poco más que su deseo de evitar que los Demócratas de Suecia influyan en la política.