Merck apuntó la semana pasada que su pastilla reduce el riesgo de muerte y hospitalización en un 30%, un porcentaje menor al 50% inicialmente anunciado, pero los expertos de la FDA concluyeron que los resultados por ahora son positivos y debe autorizarse su uso de emergencia.
En concreto, consideraron que la pastilla debe administrarse a los adultos que estén experimentando síntomas leves o moderados de COVID-19 y que tengan mayores riesgos de ser hospitalizados o morir debido a su edad o enfermedades previas, incluyendo asma y obesidad.
No obstante, los expertos advirtieron que la pastilla podría provocar defectos en el feto si se toma durante el embarazo, por lo que pidieron a la FDA que tenga ese factor en cuenta.
El voto del comité no es vinculante y, ahora, le toca a la FDA evaluar la efectividad de la pastilla para que más tarde los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) emitan lo que sería la decisión definitiva.
De aprobarse, la píldora de Merck podría convertirse en el primer medicamento que los estadounidenses pueden tomar de manera oral en sus casas para tratar el SARS-CoV-2.
Esa píldora conocida como lagevrio o molnupiravir ya fue autorizada en Reino Unido.
Una de las intervenciones más esperadas ante el comité fue la de la vicepresidenta del departamento de enfermedades infecciosas e investigación de vacunas de Merck, Daria Hazuda, quien afirmó que la píldora debería en principio ser igualmente efectiva contra cualquier nueva variante del virus.