"Apoyar mejor"
Blinken precisó que esta eliminación de la lista negra no cambia la posición de Estados Unidos acerca de los procesos judiciales iniciados o futuros contra exlíderes guerrilleros, incluyendo los sospechosos de narcotráfico.
Tampoco modifica decisiones de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de Colombia, el tribunal juzga los peores crímenes de un conflicto que deja nueve millones de víctimas entre muertos, mutilados, secuestrados y desaparecidos.
"Sin embargo, facilitará la capacidad de Estados Unidos para apoyar mejor la implementación del acuerdo de 2016, incluido el trabajo con combatientes desmovilizados", señaló Blinken.
Rodrigo Granda, exnegociador de paz de las FARC, es detenido en México
Unos 13,000 guerrilleros han entregado las armas desde la firma de la paz.
En virtud del acuerdo, las FARC, un movimiento que se alzó en armas en los años 1960, en plena la Guerra Fría, se convirtió en el partido político Comunes, con representación garantizada en el parlamento pero sin demasiado peso en las urnas.
El texto prevé reformas políticas y agrarias que deben aplicarse antes de 2031.
Pero aunque el acuerdo redujo considerablemente la violencia, diversos grupos armados operan en el país, paramilitares, narcotraficantes y otros rebeldes, incluidos algunos disidentes de las propias FARC.
Excomandantes que se apartaron del acuerdo de paz entre la dirigencia de las FARC y el gobierno de Santos comandan las disidencias, cuyo pie de fuerza se estima en 5.200 combatientes, la mayoría (85%) nuevos reclutas, según el colombiano Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz).