El plan se centrará en la laguna Indian River, en la costa este, donde numerosos manatíes acuden en invierno para aprovechar el agua caliente vertida por una central eléctrica cercana, anunciaron este martes autoridades federales y estatales en una rueda de prensa.
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Al menos 1,017 de esos animales murieron en Florida en 2021, frente a los 498 de 2020, un récord.
La cifra es especialmente alta teniendo en cuenta que había unos 5,700 ejemplares en la zona antes de esta crisis, según la Comisión para la Conservación de la Fauna y la Pesca del estado (FWC).
La falta de alimento es la causa principal de esas muertes. Los manatíes, que suelen medir unos tres metros de largo y pesar entre 360 y 540 kilos, pueden comer cada día hasta el 10% de su peso en pasto marino.
En la última década, la contaminación por nutrientes de las aguas costeras, procedente de granjas y núcleos urbanos, ha provocado una proliferación de algas que ha asfixiado las praderas marinas al impedir que les llegue la luz solar.
Sin pasto, muchos manatíes, conocidos también como vacas marinas, murieron de hambre.
"Este acontecimiento sin precedentes requiere medidas sin precedentes", declaró Thomas Eason, el director ejecutivo adjunto de la FWC, durante la rueda de prensa.