En su directiva actualizada, que deberá ser aprobada por los Estados miembros y los eurodiputados, Bruselas propone duplicar la lista de delitos medioambientales, añadiendo el uso abusivo de productos químicos, el comercio ilegal de madera o de residuos, el vertido de sustancias contaminantes por los buques y la captación ilegal de agua.
La comisión desea también introducir "sanciones más disuasorias y proporcionadas", pidiendo a los Estados que prevean penas de prisión de hasta 10 años en caso de delitos medioambientales que causen la muerte o lesiones graves, así como multas para las empresas de hasta 5% del volumen de negocios mundial, con la posibilidad de excluirlas del acceso a la financiación y la contratación pública.
"Al final, las decisiones recaerán en los tribunales nacionales", pero este texto "les ofrecerá claridad", explicó Sinkevicius. "Los delitos ambientales pueden causar daños irreversibles a largo plazo a los ecosistemas, pero también a la salud humana. Es la cuarta actividad delictiva en el mundo después del tráfico de drogas, la trata de seres humanos y la falsificación", afirmó.
El ejecutivo europeo desea una aplicación más eficaz del derecho mediante una mejor formación de los policías, fiscales y jueces, facilitando las investigaciones transfronterizas, pero también reforzando la protección de los denunciantes y defensores del medio ambiente que evidencian infracciones.