La medida, que entrará en vigor a las del viernes, se aplicará a la mayoría de viajes, especialmente "de turismo y profesionales", si bien se prevén excepciones como estudiantes de intercambio y la muerte de un familiar.
Los ciudadanos residentes en Francia y sus familias podrán también regresar del Reino Unido —y viceversa—, así como los residentes en otros países de la Unión Europea (UE) que necesiten pasar por territorio francés para llegar a sus domicilios.
Para entrar en Francia, los viajeros, estén vacunados o no, deberán cumplir otros requisitos como presentar una prueba de diagnóstico negativa de menos de 24 horas y comunicar un domicilio, donde deberán guardar cuarentena durante siete días.
El aislamiento podrá "levantarse al cabo de 48 horas" si el test realizado a la llegada es negativo, indicó a BFMTV el portavoz del ejecutivo francés, Gabriel Attal, sobre la medida que entrará en vigor a seis días de las fiestas de Navidad y fin de año.
"Estos cambios de última hora me angustian. Te hacen sentir como un rehén", aseguró a la AFP Marie Geoffroy, de 43 años y residente en Londres, antes de tomar el tren rumbo a Francia en la estación londinense de St Pancras. No todos "pueden permitirse" cambiar los billetes.
La exclusión del turismo asesta además un duro golpe a la industria francesa de los deportes de invierno. "Nos priva de una cuarta parte de nuestra clientela en un año normal", lamenta Fançois Badjily, de la Oficina de Turismo del Alpe d'Huez (sureste).