Este evento convertirá a la capital china en la primera ciudad en haber albergado citas olímpicas de invierno y de verano, por lo que las autoridades no quieren permitirse ningún error.
China espera tranquilizar a la población y garantizar que la cita olímpica no va a alterar la vida sin covid, relativamente habitual en el país a excepción de algunos rebrotes esporádicos.
Sin embargo, el país asiático enfrenta uno de los momentos más complicados de la pandemia, con ciudades de millones de habitantes confinadas y cientos de casos de transmisión local, algo que no pasaba desde marzo de 2020.
Ómicron ha planteado nuevos retos a la estrategia china para acabar rápidamente con los brotes, que ha adquirido carácter de urgencia antes de los Juegos que comenzarán el 4 de febrero, mientras que este mes comienza la ajetreada temporada de viajes del Año Nuevo Lunar.
El jueves 13 de enero, la Comisión Nacional de Sanidad de China anunció la detección de 190 nuevos pasos positivos de COVID-19, 124 de ellos por transmisión local.
Estos casos de transmisión comunitaria se registraron en las provincias de Henan (en el centro, 76), Tianjin ( en el norte, 41), Shaanxi (norte, 6) y Guangzhou (en el sur, 1).
Los 66 contagios restantes, hallados entre viajeros procedentes del extranjero, se detectaron en diversas regiones del país, pero la mayoría de ellos se hallaron en las megalópolis de Shanghái y Guangzhou, con 31 y 17 casos cada una.