Las medidas incluyen la prohibición de que muchas mujeres regresen a sus trabajos o utilicen el transporte público; la obligatoriedad de que un pariente masculino les acompañe en lugares públicos, o estrictas reglas de vestimenta.
Especialmente preocupante, denunciaron en el comunicado, es la negación del derecho de mujeres y niñas a la educación secundaria y superior, bajo el argumento de que deben estar separadas de los varones.
Las mujeres afganas levantan la voz para no quedar excluidas de la vida pública
Como resultado de ello, la mayoría de las escuelas secundarias siguen cerradas tras la toma del poder talibán en agosto de 2021, y gran partes de las adolescentes (entre 13 y 19 años) no pueden seguir estudiando, denunciaron los expertos.
La discriminación se duplica en el caso de mujeres pertenecientes a minorías culturales, lingüísticas o religiosas, caso de las pertenecientes a las etnias hazara y tayika o a las que practican el credo hindú, denunciaron.
Los expertos alertaron sobre el creciente riesgo para mujeres y niñas de caer en redes de tráfico para matrimonios concertados, explotación sexual y/o trabajo forzado.
También denunciaron agresiones físicas, amenazas y detenciones arbitrarias contra las mujeres que han participado en protestas pacíficas para exigir el cumplimiento de sus derechos fundamentales.
Entre los firmantes del comunicado figuran los relatores de la ONU para la violencia contra la mujer (Reem Alsalem), la libertad de religión (Ahmed Shaheed), la protección de minorías (Fernand de Varennes) y la libertad de expresión (Irene Khan), entre otros.