No es un "reconocimiento"
La ayuda internacional, que financiaba casi el 80% del presupuesto afgano, se detuvo repentinamente, y Estados Unidos también congeló 9,500 millones de dólares en activos del Banco Central afgano.
El hambre amenaza hoy a 23 millones de afganos, es decir un 55% de la población, según la ONU, que pidió 4,400 millones de dólares en ayuda de países donantes para enfrentar la crisis humanitaria en Afganistán.
Huitfeldt destacó que los encuentros "no constituyen una legitimación o un reconocimiento de los talibanes" y que Noruega será clara sobre su defensa de la educación de las niñas y el respeto a los derechos humanos.
"Pero debemos hablar con las autoridades que dirigen de facto el país. No podemos dejar que la situación política conduzca a un desastre humanitario aún más grave", subrayó.
Aunque la Unión Europea anunció el jueves que restablecería una "presencia mínima" de su personal en Kabul para facilitar la entrega de ayuda humanitaria en Afganistán, ningún país ha reconocido aún al gobierno talibán.
La comunidad internacional está a la espera, no obstante, de ver cómo los fundamentalistas islamistas gobiernan Afganistán, tras haber pisoteado ampliamente los derechos humanos durante su primer mandato, entre 1996 y 2001.
Los talibanes aseguran haberse modernizado, pero las mujeres siguen estando excluidas en gran medida de los empleos públicos y las escuelas secundarias para niñas siguen cerradas en su mayoría.